Aunque suene paradójico, el descanso es una «actividad» humana. Es decir que, en medio de tantas actividades, el ser humano ha de contar con un momento dedicado al esparcimiento.
Debe ser una actividad respetada, consciente, aprendida y planeada. Hoy, los seres humanos están sometidos a horarios de trabajo que fatigan, esclavizan y deshumanizan; a ritmos de obligaciones que les agotan y les hacen perder la dimensión gozosa y trascendente de la existencia. Porque la vida no puede consistir en una incesante ocupación para vivir, sino que el trabajo ha de ser una actividad que ayude a disfrutar de la fiesta de la vida.
Los seres humanos viven como esclavos de la productividad, máquinas al servicio de la eficiencia, robots al servicio del rendimiento y de la utilidad. Como dice Harvey Cox, el hombre de hoy «ha comprado la prosperidad al precio de un vertiginoso empobrecimiento en sus elementos vitales». Y, sumergidos en este afán, han ido perdiendo la verdad, el valor y sentido de la vida.
Por eso, el descanso no puede convertirse apenas en una «pausa activa», en un instante, para liberar tensiones, siempre condicionado al trabajo de siempre. El descanso tiene que ser un espacio-tiempo necesario y vital que ayude a renovar todo el ser, los objetivos e intenciones; una «actividad» que ayude a redescubrir valores, talentos e intereses.
Debe ser el espacio-tiempo que devuelva a las personas el disfrute del encuentro con sus raíces y seres queridos y amigos, mediante el entretenimiento, el agradecimiento, la contemplación, la naturaleza y la simplicidad de las cosas pequeñas.
No puede ser reducido a unos días de vacaciones «para pasarlo bien», mientras la mayor parte del tiempo «se pasa mal». No siempre ni todos los que interrumpen sus actividades cotidianas para «descansar», tomando unos días de vacaciones, regresan descansados.
Descansar exige reevaluarlo todo de nuevo en la vida de cada uno, para relativizar lo poco o nada importante, y encontrar lo esencial. Esa es, precisamente, la premisa del Primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, a celebrarse en República Dominicana en el verano de 2023.
Descansar es volver a conectar con uno mismo y con los otros. Es renovarse —desde dentro— para evitar el cansancio que produce la rutina. Ha de ser un derecho de cada ser humano. Una actividad a la que las organizaciones den la debida importancia, con la certeza de que así los empleados tendrán mejor calidad de vida y rendimiento laboral.
Sobre el representante de VIAHR
Mario J. Paredes es presidente ejecutivo de la organización médica Somos Community Care. Fue consejero personal del arzobispo de Nueva York, John Cardinal O’Connor, y asesor de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Es miembro de Vacation is a Human Right (VIAHR).