San Juan Diego fue un indígena Chichimeca, y con su visión, su misticismo y su fe, logró que se construyera finalmente un santuario para honrar a la Bienaventurada María Virgen de Guadalupe, en la ciudad capital de Méjico.
En las Islas Canarias, la Virgen de Guadalupe es la patrona de la Isla de La Gomera, y hay otros lugares en el país, en los que se rinde un gran culto a esta aparición mariana. Si conoces a un Juan Diego, hoy es el día en el que debes felicitarlo por su onomástico, porque según el Instituto Nacional de Estadística español, 8.300 caballeros han sido bautizados con ese nombre.
Aunque el Santoral Católico no está ofreciendo otra oportunidad para felicitar a los Juanes, que normalmente celebran su onomástico el 24 de junio, coincidiendo con la celebración de San Juan Bautista.
San Juan Diego
San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un indígena de origen Chichimeca que tuvo el privilegio de presenciar la aparición de la Virgen de Guadalupe en el año 1531. La historia cuenta que San Juan Diego nació en el año 1474, en un poblado que se encontraba situado hacia el noroeste de la capital mejicana, y allí fue donde los primeros misioneros franciscanos que llegaron alrededor del año 1524 lo bautizaron.
Los monjes franciscanos y los agustinos que se asentaron en Tlatelolco hablaban de San Juan Diego decían de él que se trataba de un hombre piadoso, que vivía en una población en la cual ni siquiera existía un convento o una iglesia, aunque existía una especia de organización religiosa que se conocía en aquella época con el nombre de ‘doctrina’, que es básicamente una choza en la que se catequizaba y se oficiaba misa.
Según cuentan las viejas tradiciones, corría el año 1531, cuando San Juan Diego oyó cómo cantaba un pájaro que en Méjico es llamado tzinitzcan, y que fue el propio pájaro quien le anunció que la Virgen de Guadalupe se iba a aparecer y lo hizo hasta en 4 oportunidades, entres las fechas del 9 al 12 de diciembre del año 1531.
La Virgen le encomendó a San Juan Diego que le comunicara al Obispo en funciones, quien para la época era fray Juan de Zumárraga, que en ese lugar en el que la Virgen se le había aparecido, ella deseaba que se construyera una iglesia. Fue también en ese momento en el que la Virgen de Guadalupe le dijo a San Juan Diego que debía cortar unas rosas que florecieron de manera misteriosa en ese instante, para que se las llevara al Obispo.
Custodió la reliquia y el templo hasta su muerte
Lo que ocurrió cuando San Juan Diego le mostró las rosas al Obispo, se apareció la Virgen impresa en un ayate. Por esa razón, fray Zumárraga ordenó que se construyera una ermita en ese mismo sitio, a la cual San Juan Diego se mudó a vivir por lo que le quedaba de vida, imponiéndose la misión de custodiar el ayate en el cual se había aparecido la Virgen de Guadalupe, hasta el año en que murió, que fue en 1548.
El 09 de diciembre, además de la figura de San Juan Diego, el Santoral Católico incluye a otros Beatos y Santos que llevaron a cabo obras o tuvieron vidas que los convirtieron en verdaderos ejemplos de fe, que ayudaron a esparcir la fe católica por el mundo, entre los que podemos mencionar a:
San Cipriano, Santa Gorgonia, Santa Leocadia, San Pedro Fourier, Santa Wulfilda, Beato Bernardo María de Jesús Silvestrelli y Venerable Fulton Sheen.