La ropa interior es la prenda de vestir que se encuentra más en contacto con las zonas húmedas de nuestro cuerpo, y por ello, quizás es de las prendas que debes cambiar con mayor frecuencia, porque son capaces de producirnos irritaciones, mal olor e infecciones si no nos las cambiamos regularmente.
1La costumbre que nos inculcaron desde pequeños
Siempre, desde que tenemos memoria, nuestras mamás nos decían que teníamos que bañarnos a diario y, con cada baño, teníamos que cambiar nuestra ropa interior, por lo menos en una oportunidad al día, pero hay personas que al llegar a ser adultos, cambian ese patrón.
Es posible que la causa sea la pereza, e incluso que la vean limpia y se la vuelvan a poner sin lavarla, pero con la ropa íntima el tema no está en cómo lucen, sino en aquellos con lo que han estado en contacto, porque son las partes más húmedas del cuerpo, en las que puede proliferar las bacterias, los hongos o cualquier patógeno y esos no se ven a simple vista.