La interminable lista de videojuegos que se llevan a la gran pantalla se verá incrementada por todo un clásico de los años noventa: Streets of Rage. El conocido beat’ em up de SEGA está siendo adaptado, nada más y nada menos, que por el responsable de la exitosa franquicia John Wick. Una decisión bastante razonable, sobre todo si se tienen en cuenta las semejanzas entre el título y la saga protagonizada por Keanu Reeves.
Cualquier que haya jugado en alguna ocasión al que sea de los tres videojuegos originales de Mega Drive sabrá la enorme influencia que el cine ochentero tenía en la saga japonesa. Lo mismo que en las distintas entregas de John Wick. De hecho, las temáticas argumentales también tienen bastantes puntos en común.
En el caso de Streets of Rage no podemos hablar de uno de esos argumentos que causan sensación. Para recordar los comienzos del juego hace falta remontarse a la época de los dieciséis bits, momento en que muchos arcades recurrían a guiones similares: meras excusas para poner al jugador en la piel de un personaje (o varios, como en este caso), que se liaran a palos contra todo tipo de enemigos, al más puro estilo Jean Claude Van Damme o Dolph Lundgren.
Pero aunque la historia de Streets of Rage no resultara compleja, ni tampoco un canto a la originalidad (ese no solía ser el punto fuerte de este tipo de aventuras de acción), la tenía, pese a todo. En ella una serie de vengadores urbanos, originalmente policías, tenían que limpiar las calles de la ciudad para derrotar a una mafia liderada por el temible Mr. X, una especie de amo del crimen con un nombre un tanto genérico.
Rememorando los clásicos
A nivel jugable, Streets of Rage tampoco inventó nada, pero todo lo hizo bien. Tanto por su puesta en escena como por el carisma de sus personajes y enemigos, el cartucho no tardó en convertirse en uno de los grandes clásicos de la consola Mega Drive. Y acabó por volverse uno de los máximos exponentes de su género, al nivel de arcades como Double Dragon o Kung-Fu Master. Mención especial, además, merecía su banda sonora, una de las más brillantes de todos los tiempos, y firmadas por el afamado compositor nipón Yuzo Koshiro.
Aún así, posiblemente el momento álgido de la saga, y uno de los más recordados por parte de los fans, llegaría en 1992 con Streets of Rage 2, probablemente la entrega clásica de mayor nivel de las tres que finalmente aparecieron en Mega Drive. Su tercera parte, por mucho que presentara buenas ideas y un desarrollo más complejo, no convenció tanto como esta secuela.
Durante años, Streets of Rage fue una de las grandes olvidadas por parte de Sega, algo natural teniendo en cuenta que su género dejó de tener el apoyo de la industria por décadas. Hasta el pasado 2020, cuando los apasionados del género quedarían encantados con Streets of Rage 4, una nueva entrega respetuosa con la esencia original, pero repleta de novedades, personajes y extras, además de un estilo cómic que, si bien no gustó a todo el mundo, era bastante resultón.
Ahora, más de treinta años después de su estreno, la saga se prepara para comenzar una nueva aventura, esta vez en forma de film. Todo un homenaje a un imprescindible de los años 90, que pondrán en marcha el guionista Derek Kolstad y la productora Lionsgate. Aunque todavía no se han revelado aspectos como el reparto principal, sí ha transcendido que el japonés Toru Nakahara será uno de los productores del proyecto, como ya hiciera con las adaptaciones al celuloide de Sonic. Al final, todo queda en casa.