Santa Catalina Labouré es venerada el 28 de noviembre, entre otras razones, por la destacada participación que tuvo en la creación de la Medalla Milagrosa. Hace tan sólo tres días rendíamos honores a Santa Catalinade Alejandría, y hoy recordamos a Santa Catalina Labouré y si a ello agregamos la celebración de Santa Catalina de Siena, el 29 de abril, entonces el Santoral Católico nos brinda tres oportunidades para festejar a las Catalinas que conozcamos.
De modo que, si entre las damas que conoces, bien sean familiares o amistades se encuentra alguna que haya sido bautizada con el nombre de Catalina, hoy es otro día que puedes aprovechar para felicitarlas nuevamente por su onomástico, y según la información que maneja el Instituto Nacional de Estadística español, son alrededor de unas 55.000.
Santa Catalina Labouré
Siguiendo la conmemoración a la Virgen María por la aparición y acuñación de la Medalla Milagrosa, hay que recordar la vida de la joven novicia que fue la responsable de la aparición de este símbolo tan difundido por toda la cristiandad. Santa Catalina Labouré era una joven novicia de origen francés, cuya historia debe remontarse hasta la antigua Bretaña gala, cuyo año de nacimiento fue 1806, siendo la hija de una familia dedicada a la agricultura.
A una edad muy temprana quedó huérfana, debido al fallecimiento de su madre y debido a ese revés en su vida, se encomendó en las manos de la Santísima Virgen María, para que fuera la Virgen quien cuidara de ella en la ausencia de su madre y comienza a demostrar su gran deseo de encomendar también el resto de su vida al servicio de Dios.
Por supuesto que en un primer momento, el padre de Santa Catalina Labouré se opuso a ese parecer, impidiéndole que ingresara en un Convento, pero ya el destino le tenía reservado a Santa Catalina Labouré llevar a cabo una misión, que era lo suficientemente importante, como para que le llegara la oportunidad de llevar una vida religiosa.
A partir de su ingreso a un Convento, Santa Catalina Labouré comenzó a tener visiones, siendo la más importante de ellas, la que se le presentó en el año 1830, cuando se le presentó la ocasión de tener una visión de la Madre del Hijo de Dios, y ésta le encargó que se elaborara una medalla con la imagen presenciada durante esa visitación.
Su gran impulso por la fabricación de la reliquia
Ella fue la que impulsó que fuera acuñada la escena de esa visitación celestial en una medalla que recibió el nombre de la Medalla Milagrosa, aunque Santa Catalina Labouré logró mantener en secreto su identidad como gran impulsora de esta iniciativa, y no la desveló hasta que faltaban pocos meses para que muriera.
Desde que fue creada, pende del cuello de muchos devotos, que se encomiendan a la Santísima Virgen todos los días en sus vidas, y resulta una imagen bastante recurrente en la iconografía cristiana. Pero esa no fue la única vez en que la Virgen María se le apareció a Santa Catalina Labouré, pues la tradición cuenta que la Virgen siguió con mucho interés la creación de este símbolo de fe.
El 28 de noviembre honramos a Santa Catalina Labouré, no obstante, también el Santoral Católico recuerda as obras y la vida de otros hombres y mujeres que hicieron mucho por la causa cristiana, entre los que podemos mencionar:
San Andrés Tran Van Trông, San Basilio mártir, San Crescenciano, San Edelboldo, San Esteban el Joven, San Eustaquio, San Félix, San Florenciano, San Honesto de Nimes, San Hortelano, San Irenarco, San Jacobo de la Marca, San Lamano, San Mansueto de Uruci, San Papiniano y compañeros, San Pedro, monje, San Rufo, San Sóstenes, San Urbano y Santa Teodora.