Santa Cecilia de Roma fue una noble de familia opulenta italiana, quien además de ser la santa patrona de los ciegos, los músicos y los poetas, fue una conversa al cristianismo que sufrió el martirio por su fe.
De acuerdo con lo que nos informa el Instituto Nacional de Estadística español, hoy es el día en el que deben recibir una cálida felicitación por su onomástico alrededor de 20.400 damas que fueron bautizadas con ese nombre, y no dudamos que algún caballero haya sido bautizado como Cecilio, de modo que si conoces a alguna de ellas o de ellos, que no se te vaya a olvidar felicitarlos hoy.
Santa Cecilia de Roma
Santa Cecilia de Roma fue la hija de una opulenta familia noble que nació en la ciudad capital del Imperio romano, que por causa de su conversión al cristianismo, fue condenada a morir martirizada en la isla de Sicilia. Los registros históricos muestran que Santa Cecilia de Roma quedó huérfana a una edad muy temprana y que la actividad de instruirla en la fe en Cristo fue llevada a cabo por el Obispo Urbano.
Cuando llegó a la edad de los 13 años, recibió el bautismo y desde ese momento se convirtió en una joven devota, y una mujer dedicada a la oración, a hacer penitencia y a asistir sin disimular a los oficios del culto católico que se celebraban, incluso aunque los tiempos no fueran los más adecuados para declararse cristiano.
Llegó a ser tan conocida por su compasión y su piedad, que se formaban colas a las puertas de su casa de personas pobres para poder recibir un plato de sopa caliente y las limosnas que podían recibir de sus manos, lo que hacía que su casa en la Vía Apia fuera de las más señaladas, y todos los beneficiados se admiraban de su fe.
En particular porque, desde muy joven, ella había hecho un voto de castidad, el cual respetaba a rajatabla, poniéndolo bajo la custodia de su ángel de la guarda. No obstante, Santa Cecilia de Roma tuvo que contraer matrimonio con Valeriano y en la noche de bodas, tras haber hecho las capitulaciones matrimoniales, le confesó a su esposo que ella había hecho un voto de virginidad.
Le explicó lo importante que era el mismo para ella y que él debía respetarlo, porque era su ángel de la guarda quien la defendería que cualquier atentado contra el mismo. Valeriano, quien realmente la amaba con una devoción increíble, no se sintió ni defraudado ni ofendido por lo que Santa Cecilia de Roma le había declarado, aceptando de inmediato la condición que ella ponía para mantenerse unidos.
La gran fuerza de sus convicciones cristianas
Fue tan fuerte la convicción de Santa Cecilia de Roma que logró que Valeriano y su cuñado, Tiburcio, se convirtieran del paganismo del imperio a la fe en cristo, dando su vida por ella, ya que ambos murieron como mártires de la Iglesia de Roma.
En cuanto a Santa Cecilia de Roma, igualmente murió martirizada, tal como le había ocurrido a su amado esposo, siendo condenada a la decapitación, lo más probable es que haya sido en los tiempos de Marco Aurelio, y se dice que algo pasó, que ella se resistió a la sentencia en Sicilia, porque los primeros golpes del hacha sobe su cuello no llegaron a causarle daño, hasta que finalmente le llegó el golpe final.
El 22 de noviembre no se recuerda solamente a Santa Cecilia de Roma, y en España hay poblaciones como Agaete que hace una gran celebración en tono al día de Santa Cecilia, pero en este día el Santoral Católico se completa con los nombres de otros santos y beatos, entre los que se encuentran:
San Ananías, San Apfías, Santa Apia, San Benigno de Milán, San Filemón, San Mauro Mártir, San Miguel de Tver, San Pedro Esqueda Ramírez, San Pragmacio, San Rogerio monje, Beato Baldji Oghlou Ohannes, Beato Bertrán Francisco, Beato Cristóbal Robinson, Beato David Oghlou David, Beato Dimbalac Oghlou Wartavar, Beato Elías Julián, Beato Francisco Ingleby, Beato Juan Bretton, Beato Khodianin Oghlou Kadir, Beato Kouradji Oghlou Tzeroum, Beato Salvador Lillo, Beata Tigrida, Beato Tomás Regio y Beato Toros Oghlou David.