La inflación en España preocupa más de la cuenta, y eso es lo que se ha extrapolado hasta los que son los productos de segunda mano. Y es que nuestro país vive una situación que, pese a que se ha relajado en el mes de octubre, donde ya es con Francia el país con menor inflación de la zona Euro, sigue en un casi estancamiento del PIB.
Esto con una subida que se modera pero sigue siendo muy alta (7,3% en octubre), y una ralentización del ritmo de crecimiento del empleo (77.700 personas entre julio y septiembre) conjugada con un aumento del desempleo.
Eso ha hecho porque se hayan notado ciertos productos en lo que esta realidad les ha superado completamente, como los productos alimenticios, la carne, el pescado… pero de la que se ha podido encontrar otra vía para paliar este alza: los de segunda mano.
Las frutas y verduras son la excepción
Según los estudios elaborados, en meses como septiembre u octubre, los productos que más subieron fueron el aceite de girasol, las magdalenas, la margarina, los plátanos, la pasta, el aceite de oliva suave, la harina de trigo, los huevos, y la mayonesa, todos por encima del 45% y llegando al 75% de los niveles pre-guerra de Ucrania-Rusia.
Por su parte, las bajadas de precios son la excepción, que se centran en algunas frutas y verduras como los aguacates, kiwi, las manzanas, la coliflor y las naranjas. A estos se suman algunos productos de droguería e higiene (gel, champú, detergente).
Así, si bien la economía española cotiza a la baja para 2023, como otros varios países europeos, la guerra en Ucrania y la consecuente crisis en el mercado energético han generado tasas de inflación que han forzado a subir los tipos de interés.
Un parche a la inflación con los productos de segunda mano
Sin embargo, hay un sector como los productos de segunda mano que han mostrado ser la solución momentánea, o el parche indefinido, a una realidad que ha vivido momentos de gran crudeza en los últimos meses (España llegó a experimentar al inicio del verano una inflación que rondaba el 10,5%, entonces uno de los mayores de la zona Euro).
Hacia ello, son muchos los que recomiendan una acción que vale la pena: no lo tires, véndelo. Porque, en lo que concierne a esta compra-venta de artículos también llamados ‘de nuevo uso’, es interesante comparar precios, pues a la larga se sale ganando, más en estas situaciones en las que nos encontramos.
Los usuarios valoramos cada vez más la sencillez
Lo cierto es que, en el mundo virtual, los usuarios valoramos cada vez más la sencillez y tiran de pragmatismo a la hora de realizar sus compras, de ahí que sean muchos los que busquen estas páginas para adquirir sus necesidades a un precio más bajo.
Es el caso, por ejemplo, de lo que tuvimos el pasado mes de septiembre con la iniciada vuelta al cole, en la que productos como libros de texto, uniformes, calzado, ropa de deporte o transporte no escaparon al alza de los de los precios. Pero los que decidieron recurrir a los útiles ya usados, vieron cómo los números no engañaron: las familias ahorraron 400 euros de media por alumno.
Cuánto podemos llegar a ahorrar
Hacia ello, el ahorro es uno de los principales motivos por el que cada vez más personas se están apuntando a la segunda mano, conscientes de los beneficios que esta modalidad de compraventa puede suponer en estos tiempos duros de inflación que nos ha tocado vivir.
En relación con lo anterior, existe un método relativamente útil para controlar los gastos y evitar que la inflación de más sustos de lo esperado. Así lo explican los expertos como Elizabeth Warren, que menciona la regla del 50/30/20, un mecanismo que ayuda a gestionar la cantidad que debemos destinar mes a mes: 50% para necesidades básicas, 30% para ocio y un 20% para el ahorro.
Es así que quieres optan por decidirse por las tiendas de segunda mano ahorran alrededor de 180 euros al mes, unos 830 al año, en promedio, según otro informe de la plataforma que ofrece descuentos, como Cornershop.