San Diego de Alcalá fue un monje mendicante, que perteneció a la Orden de los Franciscanos, y quien desde muy joven tuvo claro que lo que quería hacer en la vida era ser un eremita, dedicado a la oración y al trabajo religioso. A él se le atribuye haber llevado a cabo varios milagros, uno de ellos ocurrido en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares.
El 13 de noviembre es el día en que los caballeros bautizados con el nombre de Diego celebran su onomástico, y de acuerdo con los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística español, son alrededor de 152.000, por lo que debes recordar si entre tus familiares, amistades o conocidos tienes a algún Diego, ya que hoy es el día en el que debes felicitarlo.
San Diego de Alcalá
San Diego de Alcalá fue un religioso que nació en Sevilla, siendo reconocido por la humildad y la caridad que mostraba cuando cuidaba a los que estaban enfermos y menos favorecidos de la población. Se le conoce también como Fray Diego de San Nicolás, y perteneció a la Orden de los Frailes Menores que fue la Orden fundada por San Francisco de Asís, por lo tanto, fue un fraile franciscano de origen español, que fue elevado a la categoría de Santo por la Iglesia.
La vestimenta de San Diego de Alcalá era el hábito franciscano del hermano lego, que son los que se encargan de los asuntos seculares en un monasterio y de los trabajos manuales, para permitirles a los monjes poder llevar una vida contemplativa, siguiendo la regla de la observancia. Otro cargo que desempeñó fue el de misionero en las Islas Canarias, en donde llegó a tener el cargo de guardián del convento.
A San Diego de Alcalá se lo canonizó en la única ceremonia de este tipo que tuvo lugar en la Iglesia Católica durante el siglo XVI, cuando ya finalizaba éste, por el papa Sixto V. Es considerado como el santo patrono de los Hermanos legos de la Orden Franciscana, es decir, no clérigos, y la razón de ello es que fue el primero de los Hermanos legos de esta Orden que fue canonizado.
San Diego de Alcalá pudo ser capaz de obtener esta distinción gracias a los seis milagros que se le atribuyeron por parte de la Sagrada Congregación de Ritos, siendo el más famoso de ellos, en de la curación del príncipe Carlos. Esto ocurrió cuando el rey Felipe II pidió personalmente la mediación de lo divino para que su hijo fuera curado.
El gran milagro
Resulta que, el príncipe Carlos estudiaba en Alcalá de Henares cuando sufrió una caída que fue muy grave, rodando por las escaleras del Palacio Arzobispal. Efectivamente, el príncipe se curó y este hecho terminó por ser considerado al poco tiempo como un milagro de San Diego de Alcalá, que fue popularizado o inmortalizado por el propio Lope de Vega en una de sus obras.
Por supuesto que la figura de San Diego de Alcalá es bastante importante, pero el Santoral Católico del 13 de noviembre tiene que ser completado con los nombres de otras mujeres y hombres que han tenido una vida digna de emular o que han llevado a cabo obras que han contribuido a la consolidación de la fe católica en el mundo, entre los que están:
San Abón de Fleury, San Bricio de Tours, San Calixto Caravario, San Dalmacio de Rodez, San Himerio de Susingen, San Homobono, San Leoniano de Vienne, San Luis Versiglia, Santa Maxelendis de Cambrai, San Mitrio de Aix-en-Provence, San Nicolás I papa, San Quinciano de Auvernia, Beato Juan Gonga Martínez, Beata María del Patrocinio de San Juan Giner Gomis y Beato Varmundo de Ivrea.