San Andrés Avelino fue un hombre que llegó a ser presbítero de la Congregación de Clérigos Regulares, destacándose por sus dotes de santidad y por el empeño que siempre puso en lograr la salvación de los feligreses.
¿Conoces a algún Andrés Avelino? Según la información del Instituto Nacional de Estadística español, en nuestro país hay 553 caballeros que han sido bautizados con ese nombre, de modo que son unos pocos, y si tienes la suerte de conocer alguno, hoy es el día en que debes felicitarlo y probablemente el día de hoy también sea su cumpleaños, por la tradición de vieja data, de bautizar a los bebés con el nombre del santoral del día de su nacimiento.
Pero este no es el único San Andrés en el Santoral Católico, porque el 20 de septiembre tenemos a San Andrés Kim Taegön, además del día del apóstol, así que podemos felicitar también a todos los caballeros que han sido bautizados con el nombre de Andrés.
San Andrés Avelino
San Andrés Avelino nació el año 1521, en la ciudad de Nápoles, Italia, y después de terminar sus estudios, ingresó en la Orden de los Padres Teatinos, dando un ejemplo de sabiduría y de buen juicio que muy pronto se convirtió en el maestro de los novicios y padre superior.
En ese momento, San Carlos Borromeo era el Arzobispo de Milán y cuando conoció a San Andrés Avelino, pudo comprobar que era un hombre inteligente, con grandes dotes científicas y una santidad a toda prueba, por lo que solicitó a los superiores de la Orden que San Andrés Avelino fuera trasladado a la ciudad de Milán.
Los superiores accedieron y San Andrés Avelino fue trasladado a esa ciudad, y desde que comenzó su labor allí, logró conseguir que la ciudad progresara grandemente, porque gracias a su prédica, muchos pecadores de convirtieron a la fe.
Al pasar de los años, San Carlos Borromeo mandó a San Andrés Avelino a reformar un convento que en aquel momento se encontraba muy alejado, y fue amenazado de muerte si se atrevía a ingresar en él, pero San Andrés Avelino no tuvo miedo, ingresó y pudo terminar con todos los abusos que allí se cometían.
La labor trascendente de San Andrés Avelino
Cuando San Andrés Avelino pasó por la ciudad de Piacenza, comenzó a predicar y esto causó una modificación tan relevante de las costumbres de ese sitio, que los dueños de casas de juegos y los cantineros llevaron sus quejas hasta el Gobernador, porque ya no tenían clientela.
Fue entonces, cuando el Gobernador hizo traer San Andrés Avelino para solicitarle explicaciones y el santo y éste le habló de una manera tan vehemente y convincente sobre lo importante que era evitar el pecado y la salvación del alma, que en ese mismo día la esposa del Gobernador lo eligió como su consejero espiritual.
San Andrés Avelino tuvo una vida santa, siempre empeñado en la salvación de las almas de los feligreses y murió cuando había cumplido 80 años de edad, justo en el momento en que iba a empezar la misa, cuando se hizo la señal de la cruz para dar comienzo a la liturgia y cayó víctima de un ataque de apoplejía.
De más está decir, que la población sintió profundamente la muerte de su querido padre y que desde ese mismo momento comenzó a ser recordado y a rendírsele culto, lo que posteriormente fue aprobado por la Iglesia Católica, con la santificación de este hombre santo.
A pesar de que la vida que llevó San Andrés Avelino justificaría dedicarle una jornada a él sólo, para honrarlo, el 10 de noviembre el Santoral Católico también recuerda a otros santos y beatos cuya vida o cuyas obras hicieron posible que el Cristianismo se esparciera por el mundo, entre los cuales contamos con:
San León Magno papa, San Baudolino de Alessandria, San Demetrio de Antioquía, San Justo de Canterbury, San Orestes de Tiana, San Probo de Ravena y Beato Acisclo Pina Piazuelo.