El ácido hialurónico es uno de los principales ingredientes de los productos del cuidado personal y gracias a él se ha revolucionado la industria de la cosmética.
¿Cuál es la procedencia del ácido hialurónico?
Se trata de una biomolécula presente en los seres vivos. Se encuentra en grandes cantidades en la cresta de los gallos, en las aletas de los tiburones y en los tejidos del cordón umbilical. También se puede producir mediante un proceso de fermentación bacteriana.
Se caracteriza por sus cíclicos procesos de degradación y reposición, que permiten a los tejidos, articulaciones y la piel mantener su elasticidad y su buen estado de forma. Aplicado en la cosmética, es un ingrediente capaz de ayudar a mejorar la apariencia y la resistencia de los tejidos de la piel de partes críticas como los párpados y la cara, donde se concentra un gran volumen de arrugas con el paso del tiempo.
Descubierto en 1934 en los ojos de las vacas, no fue hasta casi una década después cuando comenzaron a dársele a este compuesto usos comerciales, sobre todo en el campo de la medicina y la cosmética. Fue especialmente útil en la oftalmología, y en la actualidad sigue siendo utilizado en multitud de campos como herramienta de investigación.
En cosmética, la llegada del ácido hialurónico marcó un antes y un después. La efectividad de aquellas fórmulas que incorporaban el ácido hialurónico a sus composiciones daba como resultado productos que permitían mejorar la elasticidad y resistencia de los tejidos, haciendo que la piel presentase un aspecto mucho más saludable y mejorando su resistencia y su elasticidad.
Fue en la década de los ‘90 cuando el ácido hialurónico disfrutó de una popularidad como nunca antes. El sector de la cosmética comenzó a ser consciente de que aquel ingrediente era toda una revolución, y que era necesario dar a conocer a los consumidores las bondades de este elemento que estaba destinado a extender sus propiedades por todo el mundo conforme su inclusión se expandiera en los productos de cosmética.
En efecto, en 1996 el ácido hialurónico era ya casi el protagonista de todos los contenidos relacionados con la cosmética. Una tendencia que todavía hoy perdura. Sin embargo, tanto consumidores como fabricantes no solo abogan por hacer del ácido hialurónico el eje central de sus discursos, conscientes de que se busca un producto de calidad en toda su composición, sostenible, natural y efectivo.
“La manera de entender cómo había que explotar las virtudes de un elemento como el ácido hialurónico ha hecho evolucionar el sector de la cosmética hasta ser lo que es hoy, centrado en fabricar y en poner a disposición del público productos para el cuidado personal con ingredientes seleccionados. Esa es la tendencia, y los principales productos para el cuidado de la piel ahora se centran en ser un producto completo, aunque no siempre lo consiguen”, explican los expertos en cosmética de uno de los laboratorios más prestigiosos centrados en la elaboración de productos para el cuidado personal.
Cuál es la mejor forma de administrar el ácido hialurónico
El ácido hialurónico está presente en prácticamente todos los productos de cosmética. Sin embargo, hay varias formas de aplicarlo. Si bien el uso de cremas es la manera más común de beneficiarse de las bondades del ácido hialurónico, lo cierto es que también existen ampollas que permiten aplicar directamente el suero sobre la piel, obteniendo un efecto más directo y reduciendo los plazos para empezar a notar mejoría sobre la dermis.
“Siempre hemos sido, desde nuestros inicios, una firma enfocada en la elaboración de productos de cosmética y cuidado personal donde la calidad sea lo primero, proporcionando a nuestros usuarios un producto eficaz elaborado con ingredientes seleccionados, permitiéndoles beneficiarse de nuestras exclusivas fórmulas”, explican los profesionales de Académie, laboratorio de cosmética especializado en la elaboración de productos para el cuidado personal que cuenta con sus propias ampollas anti-edad con ácido hialurónico, uno de sus productos estrella para regenerar la piel.
Tal y como ellos mismos explican, el ácido hialurónico aplicado en ampollas permite que las arrugas se difuminen casi de inmediato, haciendo que la piel presente un aspecto mucho más liso y luminoso. “El ansiado efecto seda se consigue con la aplicación de estas ampollas, ideales para cualquier tipo de piel afectada por una deshidratación de leve a moderada”, añaden.
Estas mismas ampollas pueden ser empleadas tanto como serum como a modo de tratamiento intensivo. Aplicadas como serum, se deben utilizar a diario sobre la piel limpia de la cara, el escote y la zona del cuello. Bastará con aplicar unas pocas gotas mediante un masaje con las yemas de los dedos hasta que su absorción se haya completado. Acto seguido, aplicar la crema de tratamiento como de costumbre.
Pero las ampollas de ácido hialurónico también pueden ser utilizadas como tratamiento de choque intensivo, utilizando media ampolla por la mañana y la otra media por la noche durante 5 días seguidos.
“Los resultados serán visibles a los pocos días, dejando la piel con una textura sedosa y elástica, haciendo que luzca como nueva, manteniéndola hidratada y dotándola de una mayor resistencia”, sentencian desde los Laboratorios Académie.