Un artista conocido por fusionar elementos del arte moderno urbano con la memoria cultural de su país exhibe su obra en el pabellón boliviano de la Bienal de Venecia.
Augusto Mendoza Mendieta, conocido artísticamente como Guto Ajayu, es uno de los creadores destacados de su país. Pintor y escultor, el joven de 32 años se ha ganado el respeto y la admiración de los amantes del arte. Por su propuesta llena de elementos ancestrales y contemporáneos, expresados en colores vibrantes, Guto Ajayu fue seleccionado para participar en la Bienal de Venecia 2022.
Contribución al colectivo
La participación de Ajayu en la Bienal de Venecia se enmarca en la muestra preparada por el colectivo Warmichacha, un conglomerado de pintores, arquitectos, escultores, fotógrafos, productores audiovisuales, escritores que deja en alto la historia precolombina y la calidad estética de este país pluricultural.
Con el nombre de Wara Wara Jawira (Río de estrellas), los artistas, liderados por el reconocido creador Roberto Aguilar (Mamani Mamani), quien ha organizado un recorrido capaz de mostrar la conexión de los saberes de Los Andes americanos con el cosmos, a través de la Vía Láctea.
Hasta el 23 de noviembre, el público podrá disfrutar la Bienal en las salas de Artspace4rent. El libro The Milk of Dreams, de la pintora y escritora inglesa, nacionalizada mexicana, Leonora Carrington, sirvió de inspiración para este gran evento, uno de los más antiguos y prestigiosos del mundo. La propuesta pictórica de Guto Ajayu (Augusto Mendoza Mendieta) destaca entre los jóvenes artistas bolivianos, al fundir la simbología ancestral con elementos del muralismo y el grafiti.
Siempre vestido de traje, con un bagaje cultural evidente en su hablar y su vasto conocimiento del arte, Guto Ajayu asciende cada vez más en el exigente mundo del mercado artístico. La madera reciclada, el lienzo y el papel, e incluso prendas de vestir, reciben su trazo irreverente para dejar al mundo un legado lleno de memoria y, a la vez, una particular visión de futuro.
Aporte vital a la cultura
Etnias de gran relevancia, como la Aymara, encuentran en Guto Ajayu un eterno admirador. La infancia del artista, vivida en Los Andes y la Amazonia boliviana influyó en el uso de colores vibrantes. De los pueblos originarios y la selva, el pintor extrajo su estilo, expresado en la genialidad de un arqueólogo estético, tal como él se define y, a la vez, el desenfado de un grafitero del movimiento Pop Art.