En nuestro país nadie se realizaba la pregunta de cuanta luz contratar hasta hace algo más de un año, ya que todo el mundo dejaba la que tenía el propietario anterior o hacía un contrato similar al de sus vecinos.
Sin embargo, ahora es una duda muy frecuente, puesto que tanto los costes como los impuestos van en función de esta potencia, y dado el precio actual de la luz, una potencia excesiva puede suponer mucho dinero a lo largo de un año o incluso de un mes.
La mejor forma de averiguarlo es mirar la web de la distribuidora
Si no estamos en una vivienda nueva y el contrato está a nuestro nombre (o al de un familiar), la mejor manera de verlo es entrando en la web de la distribuidora.
No se elige y no es la que nos cobra la luz, sino la que se encarga de llevarla a nuestra casa. Para averiguar cuál es buscamos en Google, ya que se nos asigna dependiendo del lugar del país en donde vivamos.
Cuando ya sabemos la que es nos registramos y vamos a poder ver los consumos máximos que hemos hecho en los meses anteriores, y ahí es donde comprobamos cuánta luz contratar.
Por ejemplo, si tenemos más de 4 kW y vemos en la web que nunca pasamos de los 3 kW, es posible bajarlo, pues ni siquiera lo vamos a notar, pudiendo ajustarlo algo más llevando la potencia contratada al máximo que hemos gastado o incluso bajándola un poco.
Recordemos que aquí no se trata de ahorrar electricidad en el hogar, sino de que paguemos lo menos posible gracias a que los costes serán menores.
Podemos sumar la potencia de los electrodomésticos que más gastan
Otra manera de conocer la potencia que nos hace falta es sumar los kW de los electrodomésticos que son grandes consumidores, como la lavadora, el horno, la secadora, el termo, etc.
Metemos en la operación los que solemos poner a la vez y damos un pequeño margen, dejando así una potencia bastante ajustada a la que necesitamos de verdad.
Los especialistas dicen que si nunca han saltado los plomos es que tenemos potencia en exceso
Antes había un interruptor entre el cuadro eléctrico componentes que se llamaba ICP, que saltaba si excedíamos los kW contratados durante unos minutos. Ahora está integrado en el contador y corta desde ahí, de modo que dentro de la vivienda solo notamos que nos hemos quedado sin electricidad.
Tiene una tolerancia mayor que los antiguos ICP, de forma que podemos jugar con ella y los expertos nos dicen que si nunca salta es que la potencia contratada es mayor a la necesaria, de forma que deberíamos revisar nuestra factura de la luz con el fin de rebajarla un poco.
Una de las maneras que tenemos de ahorrar en lo que pagamos por la luz es bajar el término de potencia. No siempre podemos, pero cuando es posible, el ahorro suele ser notable a final de año, puesto que vamos a pagar menos impuestos, un “fijo menor”, etc.