El Día de Todos los Fieles Difuntos, o como comúnmente se le denomina, el día dedicado a todos los muertos, es el que el Santoral Católico dedica para que todos nosotros recordemos que hay almas que es posible que no hayan logrado redimirse de todos sus pecados, y que necesiten de nuestras oraciones para abandonar el Purgatorio y ser admitidos a contemplar la luz perpetua del Señor.
Día de Todos los Fieles Difuntos
El Día de Todos los Fieles Difuntos es el que se celebra a continuación del Día de Todos los Santos, y hoy, 02 de noviembre, es el día en el que solemos recordar a todos nuestros conocidos, amigos y familiares difuntos, y deseamos que todos ellos hayan alcanzado la felicidad y la paz eterna, purificándose de sus trasgresiones para llegar al Cielo, pero, por si acaso no es así, hoy dedicamos una oración para que así sea.
En esencia, el Día de Todos los Fieles Difuntos se trata de una creencia que se basa en aquellas personas que, en particular, han dejado de existir recientemente, y gracias a la pandemia de la Covid-19, lamentablemente son demasiadas, siendo posible, de acuerdo con las creencias cristianas, que todavía se encuentren en el Purgatorio, haciendo la penitencia que se requiere, para ser admitidos ante la presencia de Dios Padre, tarea en la que les ayudan Jesús y la gran intercesora, la Santísima Virgen María.
Es por ello que, si una persona ha fallecido sin encontrarse en estado de gracia, por no haber alcanzado la total purificación, tienen una nueva oportunidad de purgar sus pecados, limpiar su alma y ascender a los Cielos, y pueden ser ayudados por los que todavía estamos con vida, por ello se conmemora el Día de Todos los Fieles Difuntos
Es por ello que las almas terrenales pueden realizar oraciones y rezos especialmente dedicados a las almas de sus difuntos conocidos, lo que recibe el nombre de sufragios, ayudándoles con ello a alcanzar la purificación que necesitan para ascender a los dominios del Padre Celestial.
Una tradición de muchos años no sólo en España
El Día de Todos los Fieles Difuntos es dedicado por la Iglesia Católica como una tradición que todos los años es celebrada en toda Europa y en Latinoamérica, en especial, en Méjico, donde tiene una especial significación y un modo muy peculiar de celebrarse. Pero en España, la costumbre es que los parientes visiten y velen por sus familiares y amigos difuntos, visitando el cementerio.
Lo normal es que en torno a las tumbas y nichos se reúnan los familiares y los amigos, pero no debe ser con la intención de llorarlos, sino de celebrar su vida, en la noche que sigue del día 01 al día 02 de noviembre. En Francia, esta conmemoración se conoce con el nombre de Fête des morts, y durante la misma, los que aún viven y recuerdan, se dedican a adornar los sepulcros de un familiar o amigo fallecido.
La conmemoración viene del Antiguo Testamento
Esta tradición de la celebración del Día de Todos los Fieles Difuntos tiene su origen en el Segundo Libro de los Macabeos, cuando en el Antiguo Testamento se hace la siguiente cita: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados» (2Mac. 12, 46).
Aunque la conmemoración el día 02 de noviembre del Día de Todos los Fieles Difuntos es lo suficientemente importante por sí misma, el Santoral Católico también aprovecha la oportunidad para honrar a varias mujeres y hombres que fueron considerados también importantes en la diseminación de la fe cristiana por el mundo, entre los cuales se encuentran:
San Acindino y compañeros, San Agauno abad, San Ambrosio de Agauno, San Carterio de Sebaste y compañeros, Santa Daría Bochana, San Ernino anacoreta, San Jorge de Viennes, San Justo de Trieste, San Malaquías de Armagh, San Marciano de Calcedonia, Santa Margarita de Lorena, San Victorino de Pettau, Santa Winefrida de Holywell, Beato Juan Bodey, Beata Margarita de Lorena y Beato Pío Campidelli.