Romper el estigma en torno a la salud mental es fundamental para evitar la exclusión de los niños, niñas y adolescentes con algún tipo de malestar emocional o problema de salud mental. Promover una buena salud mental es una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este 10 de octubre, UNICEF España recuerda que, si bien se han producido avances en los últimos años en torno a cómo se entiende y percibe la salud mental, todavía persisten creencias negativas que pueden llevar a que las personas no pidan la ayuda que necesitan.
«Acabar con el estigma y la discriminación es una labor de todos, desde los gobiernos hasta la sociedad, pasando por organizaciones como UNICEF», asegura el director ejecutivo de UNICEF España, José María Vera.
«Y podemos hacerlo a través de medidas tan sencillas como escuchar a los niños, niñas y adolescentes, apoyar a sus familias y cuidadores para que entiendan mejor sus necesidades o garantizar que las escuelas apoyen la salud mental y sean entornos verdaderamente protectores del bienestar emocional. Esto requiere una inversión adecuada en todos los sectores implicados para lograr prevenir los problemas de salud mental, promover la sensibilización en torno al tema y cuidar a los niños y niñas con malestar emocional», apostilla.
En todo el mundo, uno de cada siete niños y adolescentes de 10 a 19 años (el 13% del total) tiene un problema de salud mental diagnosticado. La mitad de los trastornos de salud mental comienzan en torno a los 14 años y el 75% de todos esos trastornos se desarrollan a los 24, pero la mayoría de casos no se detectan y, por tanto, no se tratan.
La pandemia de COVID-19 no ha contribuido a mejorar esos datos; de hecho, en España, desde marzo de 2019 a marzo de 2021 los diagnósticos relacionados con trastornos mentales en Urgencias Pediátricas aumentaron un 10%, según la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.
También una encuesta realizada a 40.000 adolescentes por UNICEF España y la Universidad de Santiago para el estudio sobre el impacto de la tecnología en la adolescencia reveló que el 15% de quienes respondieron presentaba síntomas graves o moderadamente graves de depresión, y que la tasa de ideación suicida se sitúa en el 10,8%.
Por todo ello, UNICEF aboga por la inversión, reforzar el papel de los centros educativos, apoyar a las familias y promover el final del estigma y la discriminación.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el actor Miguel Bernardeau ha participado en un video, enmarcado en la nueva campaña de UNICEF #EnMiMente, con el objetivo de contribuir a romper el estigma en torno a la salud mental.
En el video, se hace un llamamiento a los niños, niñas y adolescentes para que cuenten los problemas que tengan, sin miedo, y puedan recibir así la atención y el cuidado que necesitan y merecen. La pieza audiovisual puede compartirse a través de las redes sociales a través del hashtag #EnMiMente.
Desde Aldeas Infantiles SOS, alertan de que la salud mental de los niños, las niñas y los adolescentes es especialmente vulnerable en momentos de crisis como el actual, en el que los efectos de la pandemia, unidos a las dificultades socioeconómicas que atraviesan 1,5 millones de hogares con hijos e hijas en España están afectando a su bienestar emocional.
«En los últimos dos años casi se han doblado los trastornos de salud mental de niños, niñas y adolescentes; hablamos de autolesiones, trastornos de conducta alimentaria, ansiedad, depresión o agresividad, entre otros, y han aumentado los comportamientos suicidas de forma realmente preocupante», afirman desde la organización. «A ello hay que añadir que en España uno de cada tres niños, niñas y adolescentes está en riesgo de pobreza o exclusión social y se enfrenta a obstáculos que dificultan su estabilidad y afectan negativamente a su salud mental», añaden.
En los hogares expuestos a una situación continuada de falta de recursos y dificultades socioeconómicas se viven situaciones estresantes de forma frecuente, en ocasiones estrés crónico, lo que hace a los niños y niñas especialmente vulnerables a trastornos de salud mental como ansiedad, depresión o problemas de conducta, entre otros. Además, en estos hogares se dispone de menos recursos para acceder a atención terapéutica.
Para Aldeas Infantiles SOS, la prevención, la evaluación y la atención temprana son claves porque permiten reducir los efectos psicológicos de las dificultades vividas y evitar problemas futuros. Por todo ello, ha puesto en marcha el proyecto audiovisual ‘Consejos para mejorar la salud mental de nuestros hijos’ con el fin de apoyar a los padres, madres y cuidadores en la tarea de velar por el bienestar emocional de sus hijos e hijas.
LA PANDEMIA: NUEVAS PREOCUPACIONES Y MIEDOS
Mientras, Save the Children manifiesta que «ahora que por fin la salud mental ha entrado en la agenda pública, es hora de tomar medidas efectivas para cuidarla», en especial la de los niños y niñas y adolescentes con bajos recursos que no pueden permitirse un psicólogo privado.
«Las listas de espera para recibir atención psicológica o psiquiátrica se convierten en un cuello de botella, al tiempo que el trastorno suele ir empeorando o cronificándose. Es intolerable que el acceso a la salud mental también dependa de la renta. La infancia y la adolescencia más vulnerable debe tener a su alcance recursos públicos y de calidad», señala la directora de políticas de infancia en Save the Children, Catalina Perazzo.
La pandemia trajo a la vida de niños, niñas y adolescentes nuevas preocupaciones, miedos, ansiedad y ha puesto de manifiesto la magnitud de los problemas de salud mental que sufren los niños y niñas en España, como corroboran los datos de Save the Children en su informe de 2021 «Crecer Saludable(mente). Un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia».
Así, los trastornos mentales han aumentado del 1,1% al 4% en niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 2,5% al 7% en el caso de los trastornos de conducta, en comparación con los últimos datos oficiales disponibles de la Encuesta Nacional de Salud de 2017. Además, los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares con bajos ingresos tienen una probabilidad 4 veces mayor (12,8%) de sufrir trastornos mentales y/o de conducta que los que viven en hogares de renta alta (2,6%).
«Queremos que las niñas y niños crezcan sanos y sanas, por ello, cuidamos su alimentación, les facilitamos que hagan ejercicio, les abrigamos cuando hace frío y los llevamos al médico cuando es necesario. Pero, ¿estamos cuidando también de su salud emocional y mental?», se pregunta Perazzo.
Por ello, Save the Children, junto al Colegio de Psicólogos de Madrid, ha elaborado una guía dirigida a familias que ayuda a comprender qué les ocurre a sus hijos e hijas cuando sufren problemas de salud mental y que incluye recursos prácticos para facilitar una detección y respuesta adecuadas.