Estamos en una época del año que parece propicia para estrenar películas de terror. Primero, porque los días son más cortos y las noches más largas y frías y, segundo, porque Halloween se encuentra ya a la vuelta de la esquina. Probablemente aspectos que los responsables de Smile hayan tenido en cuenta a la hora de lanzar a los cines su nueva producción.
De la mano del director Parker Finn llega una cinta cuyo concepto no ha dejado indiferente a nadie, a pesar de no ofrecer la idea más original del mundo. Todo comienza cuando una psicóloga, a la que da vida la actriz Sosie Bacon (Las chicas de Manson, Identidad perdida), sufre una extraña experiencia durante una de sus sesiones. A partir de ese momento los acontecimientos, a medio camino entre lo imposible y lo maldito, comienzan a sucederse sin dar tregua al espectador.
La propuesta de Smile responde, en muchos sentidos, al llamado terror psicológico. Es decir, al jugar con la imaginación del público para crear una atmósfera maléfica sin necesidad de recurrir a demasiados artificios estéticos o efectistas. Una fórmula conocida dentro del mundo del cine de terror, que hace no demasiado hemos visto en obras bien valoradas por la crítica como It Follows (David Robert Mitchell, 2014) o la más reciente Hereditary (Ari Aster, 2018).
De hecho, muchos han sido los maestros del suspense y el terror, tanto cinematográficos como literarios, que no han dudado en asegurar que siempre da más miedo lo que no se ve en pantalla, lo que se desconoce, que lo evidente, por sangriento y atemorizante que resulte. Smile tiene esa premisa muy clara, si bien tampoco renuncia a ciertos convencionalismos propios del cine de miedo de los últimos años.
Entre las virtudes de Smile, no obstante, está la de saber escapar de los excesos de sangre (aunque también la tenga) o de los enemigos temibles que campaban a sus anchas por las salas de cine durante los años ochenta y noventa. Aquí todo resulta mucho más ambiguo y complejo de descifrar.
Un estreno muy esperado
Aunque Smile llega de manera oficial el 30 de septiembre, desde que se mostraron sus primeras imágenes, vídeos y resúmenes, no ha dejado de llamar la atención de los aficionados al terror. Fans que, todo sea dicho de paso, no han terminado de ver en este 2022 uno de los años más fructíferos con respecto a este tipo de producciones. Exceptuando algún intento aislado y aceptable como la nueva entrega de Scream (Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett), no ha habido demasiado que disfrutar. Aunque claro, en este caso concreto estábamos hablando de una propuesta muy distinta, como es un homenaje a los slashers a los que antes nos referíamos, con bastante guasa, y esta vez sin el maestro Wes Craven al frente.
Las expectativas creadas entorno a Smile se han visto a su vez amplificadas por las buenas críticas recibida por la prensa especializada. Por mucho que esta no pase por su momento de mayor credibilidad, también ha aportado su granito de arena. De hecho, las frases más o menos tópicas en la línea “la película más terrorífica del año” o “el film más aterrados de los últimos tiempos” no han dejado de sonar.
Sí, es cierto, no es, ya decimos, la primera vez que oímos eso, y después la cosa no cumple con lo que promete, pero todos deseamos que esta vez sí suceda así. A partir de este fin de semana los entusiastas de este tipo de estrenos podrán comprobarlo por ellos mismos en las salas de cine. Unas salas que, confiamos, gracias a Smile se vuelvan más oscuras e inquietantes que nunca.