La amenaza de una guerra a través de armas nucleares ha estado presente sobre el tablero político una vez que Vladimir Putin anunció una ofensiva militar sobre Ucrania desde el pasado 24 de febrero. Más si cabe cuando, a los pocos días, ordenó poner en situación de ‘alerta nuclear’ a las fuerzas de contención rusas.
«Los más altos cargos de los principales países de la OTAN se permiten declaraciones agresivas en contra de nuestro país», dijo Putin entonces para justificar su mandato. Es por esto que el uso de este tipo de armamento parecía, hasta ahora, casi descartado, si bien Rusia cuenta con importantes cantidades.
También las tiene, en menor medida, Estados Unidos. En ambos casos, son menos destructivas que sus antecesoras, con una fracción de la fuerza de la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945. Pese a ello, la preocupación respecto a su uso no se desvanece.
¿Cuál es la posibilidad de que esta amenaza de armas nucleares sea real?
«Nadie lo sabe de forma certera», explica Vicente Garrido, director del INCIPE, el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior. «Depende de los cálculos de la fuerza sobre los demás, que solo sabe Putin. Si ve que el adversario es débil y no va a responder, podría entrar en sus cálculos, como medida de último recurso, si no puede ganar en ningún terreno, consolidar ningún avance ni anexionar otros territorios».
«Sería un instrumento negociador, un elemento de chantaje, pero no de victoria, pero es muy pronto para decir que lo utilizaría ahora. Veremos cómo avanza la situación en los próximos meses», añade Garrido.
Asimismo, diversos analistas indican que, durante los últimos años, el ejército ruso ha practicado en esta transición a una guerra con armas nucleares. De acuerdo con la información de NYT, el plan de Putin llegado el caso podría ser el lanzamiento de armas nucleares en zonas deshabitadas contra las tropas ucranianas. En un estudio en 2018, presentó un escenario de crisis en el que Rusia detonaba una bomba en una parte remota del Mar del Norte como forma de señalar ataques más mortales por venir.
Aun así, Rusia no es el que más armas nucleares tiene
De todos modos, y según los últimos datos de Nuclear Threat Iniciative, que recoge la CNN, afirman que Estados Unidos es el país con más armamento nuclear en el mundo: el propio Joe Biden reconoció que cuentan con unas 3.750 ojivas nucleares, seguidos de otros países como la misma Rusia, China, Francia o Reino Unido.
Rusia es la segunda potencia que tiene más armas nucleares. El país que dirige Putin tendría 1.444 cabezas nucleares, una cifra que asciende el total de armas hasta alrededor de 6.370.
A EEUU y Rusia le siguen China (290 ojivas), Francia (290), Reino Unido (225), India (entre 130 y 140) o Pakistán (entre 90 y 110), a los que se suman otros no confirmados, como Israel (entre 100 y 200) y Corea del Norte (alrededor de 20).
Rusia ha mostrado en los últimos años algunas de las nuevas armas con las que se ha modernizado, muchas de ellas son misiles capaces de portar explosivos convencionales y nucleares.
- Submarinos de misiles balísticos de clase Borei. Estos misiles tienen un alcance de 8.000 kilómetros y pueden portar entre 6 y 10 cabezas nucleares.
- Misiles intercontinentales Yars con un alcance estimado de 12.800 kilómetros.
- Misiles hipersónicos Avangard con un alcance de aproximadamente 10.000 kilómetros. Según el propio Putin, son capaces de superar el escudo antimisiles estadounidense. Pueden alcanzar las capas más densas de la atmósfera y superan 20 veces la velocidad del sonido.
- Misiles de alta precisión Kalibr. Con un alcance de entre 2.000 y 2.600 kilómetros, pueden ser instalados en buques y submarinos.
- Misiles de corto alcane Iskander. Con un alcance de entre 280 y 400 kilómetros, son misiles transportables por tierra en camiones para su despliegue táctico.
Su uso a lo largo de la historia y las consecuencias que podría traer
Las armas nucleares son los instrumentos de guerra más aterradores que se hayan creado alguna vez: no existen armas que sean tan destructivas; ningún arma causa tanto sufrimiento humano; no existe forma de controlar hasta dónde se extenderá la lluvia radiactiva o cuánto durarán sus efectos.
La detonación de una bomba nuclear en una ciudad mataría a miles de personas en forma inmediata, mientras que decenas de miles de personas más sufrirían lesiones horrorosas y, más tarde, morirían por exposición a la radiación.
Además de la inmensa pérdida de vidas a corto plazo, el estallido de una guerra nuclear podría causar daños a largo plazo en nuestro planeta. Podría dañar de gravedad el ecosistema terrestre y reducir las temperaturas mundiales, lo que generaría escasez de alimentos en todo el mundo.
Esto se debe a que, al detonar una bomba atómica, la primera e inmediata consecuencia sería una gran explosión muy característica en forma de champiñón (una gran nube tóxica elevándose en una columna de humo). La explosión carbonizaría en el acto a todo ser viviente que se encuentre en su radio de acción, lo que conocemos como zona cero, que puede ser de varios kilómetros.
La Bomba del Zar, en 1961, la más grande detonada
Desde su primera utilización en el año 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki, la bomba nuclear ha estado marcada por una historia negra que ha ido evolucionando con el paso de los tiempos. En general, no existe una bomba nuclear o atómica única, sino que hay una gran variedad de modelos devastadores.
En ello, igualmente, tenemos que decir que la acontecida en Hiroshima y Nagasaki no ha sido la mayor porque hay armas nucleares todavía más aterradoras. De hecho, el arma nuclear más grande jamás detonada, la Bomba del Zar, activada por la Unión Soviética en 1961, produjo una salvaje explosión de 50 megatones, unas 3.333 veces más potente que la bomba Little Boy que arrasó una ciudad entera.
La Bomba del Zar supuso la explosión más grande realizada por el hombre hasta la fecha, enviando una nube en forma de hongo a más de 39.624 metros de altura -aproximadamente 4,5 veces la altura del Everest- ya que envió ondas de choque alrededor del globo terráqueo durante tres oleadas.
Cuáles son sus tipos
- Bombas de fisión nuclear. Este es el primer modelo de bomba nuclear que se creó por medio del conocido Proyecto Manhattan. La primera prueba de esta bomba tuvo lugar en Nuevo México en 1945 y su poder de destrucción llegó hasta los 20 Kilotontes de TNT. La de Nagasaki superó los 21 kilotones.
- Bombas termonucleares. La evolución de las anteriores pasó a denominarse bombas termonucleares. Un artilugio de muerte que combina fisión, fusión y fusión de nuevo. Un aspecto que no suele tener límite por eso el poder de devastación se mide en megatrones, es decir, en toneladas de TNT. La conclusión es que la bomba termonuclear puede ser hasta mil veces más potente que una bomba de fisión nuclear.
- Bombas de cobalto. Conocidas como bombas sucias, estas son un artilugio de muerte que además de la fuerza del calor utiliza la radiación gamma para acabar con todo lo que se encuentra a su paso. Su objetivo es crear una lluvia de elementos que emitirían radiación durante décadas.