- 3.600 botellas recogen el fruto de la valentía de la bodega de Lanzarote, que cambió el ciclo de la vid en Finca Playa Quemada y adelantó al 6 de abril la recogida de la uva.
- Por primera vez en la historia de la viticultura europea se llevaba a cabo tan temprano la vendimia.
El Grifo es sinónimo de valentía, por hacer frente a las condiciones que impone un viñedo imposible, sin posibilidad de mecanización, azotado por los vientos alisios y caracterizado por la falta de lluvias. También es sinónimo de osadía por atreverse durante nada más y nada menos que 247 a ir contra corriente y experimentar al máximo.
Lo demuestra sin ambages su último vino: Vendimia de invierno, que recoge toda la frescura y expresión de la uva recogida la jornada del 6 de abril en Finca Playa Quemada, 5.000 kilos de malvasía volcánica que fueron vendimiados antes que en ningún lugar de Europa. Porque este nuevo y excepcional vino es histórico, como lo fue la primera vendimia de invierno de El Grifo.
Cambiar el ciclo de la vid
3600 botellas guardan el empeño y arduo trabajo desarrollado por la bodega junto a Francisco Raimundo, uno de los 170 viticultores colaboradores, quien les propuso embarcarse juntos en este proyecto que muchos tildaron de ‘locura’. Raimundo intuía que su finca Playa Quemada, en el término municipal de Yaiza y situada en cotas bajas de la isla, es decir, donde las temperaturas sufren muy poca variación, reunía las condiciones idóneas para cambiar el ciclo de vida de la vid de modo que, entre marzo y abril, estuviera en el punto adecuado de maduración. Por fin, puede disfrutarse el fruto de las 2.140 plantas que desde octubre de 2021 fueron objeto de una investigación pionera gracias al empeño de Raimundo, Jorge Rodríguez, enólogo de El Grifo y el asesor Xabier Kamio.
Este vino histórico es de color amarillo pajizo, limpio y brillante. En nariz, domina el carácter varietal de la malvasía volcánica, aromas con recuerdo a azahar, polvo de talco y albaricoque; también se aprecian aromas procedentes de la fermentación con los racimos que recuerdan a la guinda o a la manzanilla. En boca sorprende por su complejidad, con un buen paso y destaca la salinidad característica del Atlántico, que apenas se encuentra a 1.950 metros en línea recta de Playa Quemada. Vendimia de invierno se puede definir como fresco, con volumen y con un final amplio.
Vínculo con la cultura de la isla
Esta nueva referencia cumple con el propósito de El Grifo en la elaboración de cada uno de sus vinos, es decir, ser sumamente singulares y estar profundamente vinculados a la cultura de la isla, además de emocionar y cumplir con unos estándares de calidad que en este caso incluso superaron las expectativas de todas las personas que lo han creado con tanto mimo.
Además de un vino memorable y que consigue emocionar, ha supuesto un gran aprendizaje en torno a cómo se puede elaborar el vino cuando cada zona lo demande. En definitiva, es la prueba -ya tangible y disfrutable en la mejor compañía- de que Francisco Raimundo y el equipo de El Grifo no estaban equivocados cuando intuyeron que adelantar el ciclo de vida de la vid y realizar su recogida cuando no se realiza en el hemisferio norte, pero sí en el sur, podía ser una solución a la nueva realidad que el cambio climático está imponiendo en las viñas y obtener uva de vinificación con mayor potencial aromático y frescor. Porque si algo está impreso en el ADN de la bodega más antigua de las Islas Canarias es el inconformismo y la apuesta absoluta por la investigación y la sostenibilidad.