Para el funcionamiento de la maquinaria de obra pública como excavadoras, tijeras elevadoras, grupos electrógenos o brazos articulados, es crucial tener un servicio técnico oportuno.
Para las empresas contratistas, representa la garantía de una mayor durabilidad para estos activos, lo que implica una mejor rentabilidad de una inversión muy costosa.
Los expertos de la compañía GCM, experta en este tipo de suministros, sostienen que existen parámetros claramente definidos para garantizar una buena asistencia técnica. Indican que esas directrices son emitidas por los fabricantes de las maquinarias y se basan en los tests que han realizado a sus propios equipos.
Expertos en grupos electrógenos
La firma GCM es una compañía de capital español que se ha enfocado en el sector de los grupos electrógenos. Su rango de acción abarca el suministro, la instalación, puesta en marcha y servicio técnico para este tipo de maquinaria de obra pública. Con más de 10 años en el mercado, esta empresa con sede en Valencia se autodefine como una de las grandes líderes en este nicho.
En este contexto, han desarrollado una importante experiencia en la dotación de grupos electrógenos estándares para diversas compañías. Su elemento diferenciador ha sido la personalización de sus productos para adaptarlos a las necesidades específicas de sus clientes. Para ello, cuentan con una oficina de proyectos que desarrolla soluciones especiales y altamente efectivas.
En función de todo el know-how que han logrado acumular sus equipos de talleres y servicio técnico, han diseñado un detallado protocolo de mantenimiento. Se trata, según mencionan los expertos de la firma valenciana, de una guía detallada de cómo abordar las distintas tareas en estos equipos.
Protocolo para equipos de grupos electrógenos
La tabla de protocolo definida por GCM incluye operaciones que se deben llevar a cabo en distintos períodos de uso de la maquinaria. Por ejemplo, la verificación del estado general y de los pares de apriete se debe llevar a cabo cada 1.000 horas de uso. La ausencia de fugas, el estado de las conexiones, la carga de la batería y limpieza de bornes se debe hacer cada 500 horas.
Por otro lado, sobre el motor, hay verificaciones que se deben realizar diariamente, como los niveles de aceite y refrigerante. También el depósito de combustible, los niveles de descarga del agua y el filtro de aire. Cada 250 horas de uso del equipo, GCM recomienda sustituir el aceite de motor y el filtro de aceite. También es recomendable verificar la tensión de la correa y ajustarla de ser necesario.
Partes eléctricas como el arrancador y el alternador deben revisarse cada 1.000 horas. Por su lado, los inyectores y el turbocompresor, cada 2.000 horas de uso, mientras que el líquido refrigerante debe ser sustituido cada 3.000 horas. Existen otras tareas de mantenimiento preventivo que también son importantes para tener un protocolo completo de servicio técnico. GCM recalca que su correcto cumplimiento alargará de forma sustancial la vida útil de estos activos.