El día de hoy, más de 15.000 caballeros que fueron bautizados con el nombre de Bartolomé deben recibir su felicitación, según la información suministrada por el Instituto Nacional de Estadística español. San Bartolomé fue uno de los doce seguidores escogidos por Jesús para que se unieran a él en su peregrinación por toda palestina, predicando las palabras que Dios quería de sus hijos escucharan.
San Bartolomé Apóstol
Se dice que San Bartolomé Apóstol era oriundo de Caná, que era una población que pudo haber estado situada en la provincia romana de Galilea o también en Fenicia y su nombre es un patronímico que significa “hijo de Tôlmay”, esto es, “hijo de Ptolomeo”, lo que podría indicar que era descendiente de la dinastía de los Ptolomeos. Fue el Apóstol Felipe quien le presentó a San Bartolomé a Jesús y éste último lo invitó a que los acompañara, en las riberas del río Jordán y desde ese momento San Bartolomé Apóstol comenzó a formar parte de los doce seguidores del Cristo viviente, al menos así se cuenta en el Evangelio de San Juan, aunque allí es mencionado con el nombre de Natanael, y también es mencionado en el resto de los evangelios, siempre asociado con el Apóstol Felipe, hasta que el grupo llegó a ser conocido con el nombre de los doce discípulos.
Luego de la crucifixión, de acuerdo con el Evangelio de San Juan, San Bartolomé Apóstol fuer uno de los discípulos a los que se les apareció Jesús resucitado en el Mar de Tiberíades, y según los Hechos de los Apóstoles, fue uno de los que pudo presenciar la ascensión de Jesucristo a los cielos. Luego, siguiendo las enseñanzas de Jesús, se dedicó a predicar sus palabras por sitios tan alejados como la India, según cuenta Eusebio de Cesarea y allí dejó una copia del Evangelio de Mateo en idioma arameo, también predicó en Armenia, junto con San Judas Tadeo, por lo que ambos son considerados santos por la Iglesia Apostólica Armenia y la de Azerbayán, siendo los primeros en difundir las creencias cristianas en esas poblaciones. Fue en ésta la ciudad de Armenia en la que falleció como mártir, cuando estando todavía vivo y luego de muchas torturas, le fue arrancada la piel y luego fue decapitado por orden del rey Astyages en la población de Derbend, ubicada en Rusia. Fue martirizado en Abanopolis, situada en un sitio cercano a la costa occidental del mar Caspio, luego de haber llevado la prédica de las palabras de Jesús por lugares como Egipto, Persia y Mesopotamia.
Pero el 24 de agosto no se recuerda únicamente la vida y las obras de San Bartolomé Apóstol, sino que también es el día escogido por el Santoral Católico para recordar la vida y las obras de otros beatos y santos que fueron una inspiración, un consuelo y un alivio para sus hermanos, entre cuyos nombres se encuentran San Audeno de Rouen, Santa Emilia de Vialar, San Jorge Limniota, Santa Juana Antida Thouret, San Tación de Claudiópolis, Beato Andrés Fardeau y Beato Maximiano Binkiewicz.