Lo más relevante de la influencia que tuvieron las enseñanzas de Cristo en San Alejo mendigo es que su fe lo llevó a renunciar a todos los lujo que eran propios de una vida bastante lujosa, convirtiéndose en un hombre que llegó a vivir de las limosnas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en España existen alrededor de 3.000 caballeros que fueron bautizados con el nombre de Alejo, de modo que su conoces a alguno, no puedes dejar de felicitarlo el día de hoy.
San Alejo mendigo
San Alejo mendigo fue un hombre con muchos recursos económicos y una vida muy acomodada, a quien las enseñanzas de Jesús llevaron a renunciar a los lujos que podía permitirse, dada su posición acomodada, abandonando su vivienda más que cómoda, convirtiéndose en un hombre que vivía de pedir limosna. Fue el hijo favorito del senador romano Eufemiano, pero el mismo día en que iba a contraer matrimonio se fugó de su casa, abandonando una vida de privilegios, para poder experimentar en sus propias carnes las limitaciones y carencias de aquellos que eran pobres.
Como mendigo, comenzó un largo camino de peregrinación, tomando posición y haciendo noche en las puertas y en los suelos de distintas ciudades para poder pedir limosna, misma que luego repartía entre aquellos que eran más pobres. No obstante, su poderoso padre, el senador de Roma, preocupado por causa de la ausencia del hijo, le encomendó a más de cien de sus esclavos que se dedicaran a recorrer los caminos y a buscar y a encontrar a su hijo Alejo, prometiéndoles a cambio una recompensa generosa.
Al enterarse de esto San Alejo mendigo se dio cuenta de que no iba a ser posible que permaneciera por más tiempo anónimo, de modo que decidió regresar a su hogar, sitio en el cual su padre, después de haber comprobado el cambio obrado en el carácter de su hijo, decidió asignarse un hueco en la escalera del patio principal de la lujosa casa, de modo que pudiera vivir como él quería, sin estar atado a nada. En ese mismo rincón al que San Alejo mendigo llamaba hogar que fue encontrado muerto por sus familiares años después, teniendo entre sus manos una carta de despedida para sus padres y su esposa, a quienes les explicó que la humildad fue la forma en la que encontró que podía acercarse más a Dios.
Además de San Alejo mendigo, el 17 de julio es el día en que se rinde honores a una larga lista de santos y beatos que se convirtieron en grandes ejemplos para sus hermanos cristianos, por su vida y por sus obras, pudiendo mencionarse entre ellos a San Colmano de Irlanda, Santa Eduvigis de Polonia, San Ennodio, San Fredegando, San Jacinto de Amastris, San Kenelmo, San León IV papa, Santa Marcelina de Milán, San Pedro Liu Ziyu, San Teodosio de Auxerre, Beato Pablo Gojdich, Beata Teresa de San Agustín Lindoine y compañeras.