Es un concepto que está relacionado con la consideración que se debe tener hacia otra persona, por sus conocimientos, su posición o su edad, y se le relaciona con otros conceptos como la tolerancia. De hecho, se trata de un concepto que se relaciona con un valor social, y en este artículo te lo vamos a explicar, así como sus clases y su relación con otros aspectos de la vida de los seres humanos.
¿Qué es el respeto?
Se trata de un valor o cualidad que se basa en la valoración y la consideración que una persona siente por otra, o por una institución o una idea. El respeto engloba aspectos como cumplir con determinados códigos de conducta, de protocolo, ser tolerantes con las opiniones de otros, ejecutar determinadas acciones, hacerse parte de determinados lineamientos morales o éticos y tomar en cuenta los intereses de los demás.
¿Es un valor social?
Sí. De hecho es uno de los valores considerados como fundamentales para una sociedad. El respeto es algo que tiene que existir entre los individuos para poder garantizar la existencia de una armonía social, y está asociado con la concepción de la reciprocidad, esto es, que es algo que debe darse de modo mutuo.
Ser respetuoso implica mantener un trato que se considere cordial, respetuoso, entre los individuos, una base desde la que es posible aceptar y comprender las diferencias y las semejanzas entre los seres humanos, la manera en que se comportan, cuáles son sus opiniones, actitudes y creencias.
¿En qué aspectos resulta importante el respeto?
No sólo es importante desde el punto de vista del trato social, sino que el respeto también tiene una importancia fundamental en áreas jurídicas, filosóficas y antropológicas, asumiendo distintas formas, pero todas ellas con una finalidad que es común, y que trata de mantener una convivencia cordial y pacífica entre los individuos. Lo contrario al respeto son nociones como la violencia, la grosería, la intolerancia y la irreverencia.
Otro ámbito en el que se emplea el respeto es en el ámbito de las ideas, las normas, los símbolos, las instituciones o las costumbres. La actitud de un individuo frente a estas nociones siempre debe ser de tolerancia y de cortesía, porque en estos contextos puede ocurrir que ser irrespetuoso conlleve a alguna clase de sanción.
¿Cuáles son los tipos de respeto que se pueden enumerar?
Dependiendo del tipo de relación a la que nos estemos refiriendo, se pueden enumerar varios tipos de respeto, entre los cuales se encuentran:
El respecto por el prójimo
Es comprender así como aceptar a los otros, por lo que se refiere a su manera de ser, sus actitudes, sus creencias o sus opiniones. Respetar al prójimo es una de las manifestaciones más importantes para garantizar la armonía y la convivencia en una sociedad.
El respeto a las normas sociales
Es conocer, asentir y dar cumplimiento a las reglas que rigen el funcionamiento de una sociedad determinada o grupo de individuos. Se trata de normas que son formuladas para que se mantenga un bien común, y tienen como base valores como la solidaridad, la amabilidad y la tolerancia entre los individuos. Cuando se incumple una norma social, el sujeto que lo haga puede recibir una sanción también de tipo social.
El respeto a las leyes
Es conocer, asentir y dar cumplimiento a las normas o leyes que hayan sido dictadas por un ente competente para ello en un territorio determinado. Las leyes son las que moldean el funcionamiento y comportamiento de una determinada sociedad y establecen la manera en la que deben comportarse los sujetos, de modo que se asegure el respeto a los derechos y el cumplimiento de los deberes, garantizando la existencia de una paz social. El incumplimiento de esas normas comportará una sanción que estará prevista en las propias leyes.
El respeto a las autoridades
Es conocer, asentir y mostrar respeto por figuras determinadas que ejercen cierta clase de autoridad, por ostentar un cargo específico dentro de una sociedad u organización o estructura, como el respeto por los presidentes, los jueces, los profesores o los padres.
El respeto a los símbolos de una nación
Es conocer, asentir y mostrar respeto por aquellos símbolos con los que se representa a una determinada nación o a un territorio, porque éstos son el reflejo de aquellos valores que un pueblo valora, de modo que deben ser considerados con mucho respeto y seriedad, no sólo por los miembros de esa nación, sino por los que no pertenecen a ella. Entre esos símbolos se encuentran su escudo, su bandera y su himno nacional.
El respeto por las costumbres y por las tradiciones
Es conocer, asentir y respetar las creencias, costumbres y tradiciones que existen en un determinado territorio, sociedad o pueblo. Las tradiciones de los grupos sociales representan su historia, así como su manera de entender al mundo, constituyendo una creación humana que tiene que ser tolerada y aceptada y que demanda respeto.
El respeto a la naturaleza
Es conocer y respetar todos los espacios que son naturales, así como aquellos individuos que viven en ellos, sin modificar sus ecosistemas, es respetar el medioambiente. Se trata de un tipo de respeto que resulta esencial para que la vida se mantenga en el planeta.
El respeto a las creencias
Es conocer, asentir y respetar las distintas creencias, sean religiosas o no, que tengan todos los seres humanos. Los individuos son libres, y por ello son capaces de seleccionar sus ritos propios, así como sus manifestaciones espirituales, aunque en este caso existe una limitación, y es que esas prácticas no dañen a la integridad de otros, por lo que existe la obligación de tolerarlas.
El respeto a la diversidad
Es tolerar y aceptar las diferencias. Recordemos que todos los seres humanos son diferentes y que pueden tener distintas opiniones, actitudes, gustos, acciones, elecciones, ideas o puntos de vista y no necesariamente tienen que estar de acuerdo con otros. De esta manera se garantiza que los individuos puedan ejercer derechos como la libertad de culto, de elección o de expresión, entre ellos.
El respeto a la vida
Este es uno de los más importantes, porque implica respetar y aceptar que toda vida es valiosa y que no debe ser puesta en riesgo por ninguna acción que llevemos a cabo, de modo que se garantice, por ejemplo, la integridad psicológica o física de los demás.