- Amable y lleno de fruta negra en nariz y boca, el más joven de los vinos de Bodega 202 expresa la voz del terruño en un crianza de autor donde la madera no es protagonista.
- Todoterreno y accesible, Crianza representa la vocación de la bodega de respetar a la uva, trasladada a un vino jugoso, de gran potencia aromática y muy cercano.
Más allá de Sierra Cantabria espera Salinillas de Buradón, un pequeño pueblo dependiente de Labastida, de donde Bodega 202 extrae el tesoro con el que elabora Crianza 2019. En las puertas de Ebro a Rioja Alavesa, bajo la mirada de los Riscos de Bilibio, la parcela Barrio dota de vida a este crianza de autor 100% tempranillo.
Moderno, fresco, de madera muy atenuada y cargado de fruta negra y de una extraordinaria floralidad, Crianza 2019 sintetiza el mensaje enológico de Bodega 202: “la voz más pura del terruño”, pero adaptada a un vino sincero, sencillo y de una potencia frutal que enamora a nariz y boca. Largo, jugoso y dulzón sin caer en el empalague, Crianza 2019 cobra sentido en la parte más fresca de Rioja Alavesa. En él se potencian los aromas más primarios del vino, respetado en barricas —en las que pasa doce meses— de tercer uso, para que la presencia de la madera no sea invasiva y dé sentido a este crianza de autor, de corte moderno y lejos del perfil de la crianza clásica.
Un vino que no entiende de momentos
Frutal, disfrutón y de carácter todoterreno, Crianza 2019 no renuncia a ser un vino divertido y libre de pretensiones pero, al mismo tiempo, potente, completo y complejo, de trago fácil y apto para cualquier momento. Bajo ese prisma vio la luz la primera añada, a finales de 2020, expresada como “un vino divertido y para descorchar sin necesitar ocasiones especiales”, y que en esta tercera edición mantiene esa idiosincrasia enológica de vinos para beber y ser bebidos.
Procedente de la parcela Barrio, una pequeña viña de 40 años de edad rodeada de monte en Salinillas de Buradón, Crianza 2019 vibra con una naturaleza y frescura desbordada. Expresado con una misma voz, la de reivindicar el terroir y sus características propias, el enólogo Luis Güemes ensalza esta pequeña parcela que dota de personalidad a Crianza 2019, un vino apetecible para cualquier momento, accesible y cercano, ajeno a complicaciones
Por primera vez en el mercado español
“Fruta negra madura, mermelada de mora, cassis y tonos florales de violeta y un perfil mineral, de hierro y grafito”, explica, en un trago que es largo, fresco, lleno de matices y que se disfruta desde el primer sorbo, sin necesidad de dejar que se abra. Alejado de la tipicidad de las crianzas tradicionales, llenas de madera, el respeto a la uva se palpa en el uso de barricas —mayoritariamente roble francés— que solo tornean el vino, dejando al viñedo hablar.
Crianza, el benjamín de la garage winery Bodega 202, llega así por primera vez al mercado español a pesar de ser su tercera añada. La primera —2017— se agotó en pocos meses y la segunda —2018— se etiquetó íntegramente para el mercado estadounidense.
Un tesoro más allá de Sierra Cantabria
En la perpetua búsqueda de lo más selecto de sus viñedos, Bodega 202 se ve obligada a convertir en vino apenas cinco hectáreas de las 20 que poseen en Rioja Alavesa. Una continua aventura que implica elegir a conciencia lo más granado de sus cepas. En esta ocasión, con dominancia de la parte más occidental de Rioja Alavesa, aunque combinada con una pincelada de los viñedos orientales de la bodega, en Cripán.
Fresca, lluviosa y preñada de viento, la parcela Barrio es en este Crianza 2019 la gran protagonista del ensamblaje, igual de meticuloso desde la cepa que en Aistear y Ansa, sus ‘hermanos mayores’: selección en viña, en vendimia y en mesa. Abrigada por los Riscos de Bilibio, una formación rocosa que sirve como puerta de entrada del río Ebro a Rioja, esta parcela es vecina de un paraje cargado de simbolismo, formado por los propios riscos, dominados por la ermita de San Felices, convertida en la bienvenida a Rioja Alavesa.
Sobre Bodega 202
Tras quedarse enamorados de los paisajes y viñedos de Rioja mientras realizaban el Camino de Santiago, el matrimonio estadounidense Francis y Kathleen Rooney decidió fundar la bodega en 2014. Para ello contaron con Marta Ortiz-Arce como Directora de Sostenibilidad y con Luis Güemes como Director Técnico y enólogo.
Situada en Laguardia (Rioja Alavesa), esta bodega boutique recurre a viñedos viejos propios repartidos por Labastida, Lanciego, Cripán y Elvillar, en las zonas más altas de Sierra Cantabria, donde reúne las 20 hectáreas de uva tempranillo con las que realiza sus dos vinos: Ansa y Aistear, reflejos de la modernidad riojana, combinando frescura, estructura y un gran potencial de guarda pero con el máximo respeto a la expresión del terruño.
