Nombrado el heraldo del gran libertador del pueblo hebreo de las cadenas de los egipcios, San Aarón fue el hermano del profeta Moisés, el salvado de las aguas y criado como un príncipe de Egipto, y que al conocerse su condición de judío, fue expulsado para que muriera en el desierto, pero logró sobrevivir y juntarse con una tribu seguidora de las enseñanzas de Abraham, lugar en el que tuvo un encuentro místico con una zarza ardiente que le reveló su verdadera misión en esta tierra.
San Aarón
No solamente se le reconoce por haber sido el hermano de Moisés, sino que hizo méritos propios para convertirse en santo, convirtiéndose en uno de los más importantes personajes bíblicos del Viejo Testamento, siendo venerado tanto por los judíos como los cristianos. San Aarón fue el hermano mayor de Moisés, y siendo éste tartamudo, San Aarón fue su voz frente al faraón, para ordenarle al mismo que dejara marchar a su pueblo. A partir de allí, nunca más se separó de él y junto a Moisés, logró conducir a los israelitas hacia la tierra prometida, y tuvo que llevar a cabo una labor particularmente importante mientras Moisés tuvo que subir a orar al monte, donde recibió las tablas de la ley, aunque falló en sus esfuerzos, porque, ante la tardanza de Moisés, decidieron ponerse a adorar a un becerro de oro. Luego de que Moisés regresara, San Aarón siguió a su lado, guando al pueblo hacia Israel, vagando por el desierto hasta llegar a Canaán, mientras tanto San Aarón ya se había convertido en sumo sacerdote y principal custodio del arca de la alianza.
Santa Esther
Si existe una historia emocionante en el viejo testamento, esa es la de Santa Esther o Ester, ya que se cuenta de que después de que el rey persa Jerjes repudiara a la reina Vasti, Esther, de procedencia judía, se casó con éste legendario rey, y tuvo que interceder por los judíos cuando un ministro de su esposo, de nombre Amán, comenzó a idear un plan para terminar con los israelitas. Esther logró que Amán fuera colgado en el patíbulo que había sido preparado para colgar a Mardoqueo, quien era el padre adoptivo de Esther, y consiguió que se autorizara a los judíos a obtener la legítima venganza de sus enemigos en el mismo día que según lo que había planificado Amán, serían aniquilados. Gracias a esta milagrosa intervención, el pueblo hebreo instauró una festividad que se conoce con el nombre de Purim.
No obstante, el Santoral Católico que corresponde al día 01 de julio no está completo, porque además de San Aarón y Santa Esther, hoy es el día en que también se recuerda a otros santos y beatos como San Aarón de Carlon, San Carilefo de Anille, San Domiciano de Bebrón, San Eparquio de Angulema, San Golveno de León, San Martín de Vienne, San Oliverio Plunkett, San Teodorico de Mont-d’Or, San Zhang Huailu, Beato Ignacio Falzon, Beato Juan Nepomuceno Chrzan y Beato Tomás Maxfield.