Nuevamente tenemos otra oportunidad de felicitar a los más de un millón de Juanes y Juanas que viven en España, pero también a los que han sido bautizados con el nombre de Tomás, que según el Instituto Nacional de Estadística español son más de 65.000, aunque no se trate del onomástico de Santo Tomás Apóstol. A Santo Tomás Moro podría recordársele por muchas obras y acciones que realizó en su vida, aunque lo que se destaca por encima de todo es haber escrito la famosa obra ‘Utopía’.
Santo Tomás Moro
Ya hace más de quinientos años que Santo Tomás Moro escribió una de las obras filosóficas cristianas conocidas, la ‘Utopía’, en la que se cuenta como es la vida dentro de una comunidad pacífica, que se basa en ciertos ideales filosóficos como políticos tomados del mundo clásico y del cristianismo, en el cual se establece que la propiedad de los bienes debe ser común, en abierta contraposición a la noción de la propiedad privada que existía en aquella época y que aún existe a día de hoy.
En la ‘Utopía’ Santo Tomás Moro habla de una sociedad en la que las autoridades son electas por votación popular, en la cual todos, tanto hombres como mujeres, son considerados ciudadanos, y trabajarán si tienen la aptitud para ello, en una jornada laboral que sólo duraría unas 6 horas, lo que él consideraba como el tiempo que era suficiente para poder proveer a la comunidad de todas las cosas que son necesarias para su sostenimiento.
Santo Tomás Moro nació en la ciudad de Londres, en el año 1477, fue un brillante abogado, traductor, humanista, poeta, político, teólogo y un gran detractor de la reforma protestante, así como de Martín Lutero. Podría decirse que murió mártir por declarar su fidelidad a la Iglesia Católica, siendo condenado a muerte y muriendo por decapitación un día 06 de julio de 1535, en la aldea de Tyburn, y su fe lo mantuvo en la creencia de que Dios lo estaría esperando luego de morir. De hecho, declaró como sus últimas palabras “muero siendo un buen servidor del rey, pero de Dios Primero”. Hace tiempo su onomástico se celebraba el 9 de julio, de hecho, los cristianos más tradicionales aún celebran el 9 de julio a Santo Tomás Moro, pero la fecha fue trasladada al 22 de junio.
Fue beatificado por León XIII en 1886, en un mismo proceso junto con más de cincuenta mártires, siendo elevado a los altares de la santidad en 1935. Quizás la razón por la cual su celebración en el Santoral Católico se trasladó al 22 de junio porque en ese mismo día se recuerda a su amigo San Juan Fisher, quien fue el único Obispo que se mantuvo fiel al Papa cuando ocurrió la Reforma en Inglaterra, impulsada por el rey Enrique VIII. San Juan Fisher no sólo fue amigo de Santo Tomás Moro, sino que llegó a ser su compañero de celda. San Juan Fisher murió mártir el 22 de junio, unos días antes de que tuviera lugar la ejecución de Santo Tomás Moro, siendo decapitado y su cabeza exhibida en un lugar del puente de Londres, para ser lanzada luego al río Támesis.
Pero el 22 de junio no sólo recordamos a Santo Tomás Moro y a San Juan Fisher, sino que existen otros santos y beatos que se recuerdan en este día, como son San Albano de Verulamio, Santa Consorcia, San Eusebio de Samosata, San Flavio Clemente, San Nicetas de Remesiana, San Paulino de Nola y Beato Inocencio V (papa).