- Este icónico café, inaugurado en 1902 en el corazón del barrio de Lavapiés, ha sido testigo de la historia de Madrid. Ahora, en esta nueva etapa, se presenta con una renovada oferta gastronómica con recetas italianas de alta calidad, cócteles de autor y un ambiente divertido.
- Así, el Café Barbieri regresa para volver a ser punto de reunión y disfrute para madrileños y visitantes. Un lugar en el que se den cita alrededor de la mesa escritores, pintores, músicos y gente de a pie que quieran vivir una experiencia gastronómica especial en un espacio centenario y disfrutar de sus cócteles con buena música.
El Café Barbieri abrió sus puertas en Madrid en 1902, en el corazón barrio de Lavapiés. Por sus mesas han pasado durante estos cien años decenas de escritores, pintores, músicos, políticos, artistas y personalidades diversas del mundo de la cultura, quiénes compartían tertulias y encontraban inspiración en torno a sus mesas de mármol. Ahora, este café-bar, que tomó su nombre del antiguo Teatro Barbieri – en homenaje al músico madrileño Francisco Asenjo Barbieri–, reabre sus puertas tras permanecer un año cerrado para situarse en el momento actual y seguir siendo un espacio único en el que refugiarse del acelerado pulso de la vida madrileña, en un barrio, el de Lavapiés, que se encuentra en plena efervescencia.
En este nuevo capítulo de su historia, el Café Barbieri quiere recuperar el encanto de su primera etapa, devolviendo su sala principal a su imagen original, en la que se despliegan las mesas de mármol y madera y sus inconfundibles sofás de terciopelo rojo de época. Este salón, rodeado de amplios ventanales a la calle y grandes espejos, está presidido por Erato, una de las nueve musas que representa la lírica coral y la poesía romántica. Ella, que ha escuchado y vivido miles de historias con el paso de los años, seguirá siendo testigo de lo que acontezca a su vista en esta nueva andadura que comienza ahora.
Recuperar los elementos originales del local
Este nuevo capítulo que protagoniza ahora el Café Barbieri bajo la gestión del empresario hostelero Paul Torriglia de Altolaguirre, supone la recuperación de su esplendor de antaño, respetando al máximo su esencia, por lo que en la reforma previa a su reapertura se han conservado todos los elementos originales del café tales como apliques, la barra, los ventanales, los espejos, las mesas y las sillas. Sin embargo, se ha realizado una exquisita mejora de iluminación a cargo del Estudio Mayice, cuyo equipo de diseñadores e interioristas crea piezas con el objetivo de crear atmósferas y relatos poéticos a través de la luz y el cristal.
Además de su histórica sala principal, el Café Barbieri cuenta con una sala contigua ahora recuperada y actualizada para su uso y cuya decoración ha sido renovada rompiendo con el estilo centenario de la sala principal. Así, este es un espacio añadido que luce una estética vanguardista mediante mobiliario de diseño y un rompedor tono anaranjado en sus paredes, que lo conecta con el momento actual y que lleva al Café Barbieri a convertirse en un punto de encuentro imprescindible para los amantes de la cocina italiana y de los cócteles y para todo aquel que busque un ambiente divertido al más puro estilo de vida característico de Madrid.
La gastronomía italiana, nueva protagonista
Uno de los cambios fundamentales de esta nueva etapa es el giro en su planteamiento gastronómico. Conectando directamente con la inspiración italiana sobre la que fue fundado hace ahora un siglo y también con el origen genovés de su actual propietario –Paul Torriglia de Altolaguirre–, en la nueva carta del Café Barbieri encontramos deliciosas recetas que aluden a la tradición gastronómica italiana y que se trabajan con mimo y con ingredientes de máxima calidad procedentes de Italia.
Así, entre los entrantes, destacan la Caponata, un increíble pisto de berenjenas, tomate San Marzano, apio, aceitunas y piñones; el clásico Vitello Tonnato servido con su potente salsa de anchoas y alcaprras y delicada carne de ternera; o la Parmigiana de Melanzane, una lasagna de berenjena, queso y tomate. La propuesta continúa con la sección de pastas, que se ofrecen clásicas o rellenas, pero siempre en su punto perfecto al dente. Entre las primeras encontramos nombres como la Amatricciana, con pasta bavette con pomodoro, guanciale, cebolla y queso Pecorino; la De la huerta, con spaghetti con verduras de temporada cocinadas fuego lento para potenciar al máximo el sabor; la Pesto, con fusilli servidos con pesto alla Genovese y Parmigiano 24 mesi, una recetta directa de Liguria; o la Carbonara, spaghetti clásicos a la carbonara, huevo, queso pecorino, guanciale y pimienta. Por su parte entre las pastas rellenas merece la pena destacar los Tortellini Zucca, tortellini rellenos de calabaza bañados con crema de calabaza, queso Pecorino y crema de trufa, un plato para el disfrute los amantes de la pasta rellena; y la pasta Rabo de Toro, grandes raviolis rellenos de guiso de rabo de toro, servidos en su reducción de verduras y azafrán y con grandes láminas de Parmigiano 24 mesi.
Pizzas de estilo veronés
El siguiente capítulo lo protagoniza otra de las grandes novedades las sabrosas pizzas de estilo veronés que se preparan en el vanguardista horno recién instalado en el local y que queda a la vista del público. Este tipo de pizza se caracteriza por su masa fina y crujiente, y en Café Barbieri en concreto se trabajan con masa de levadura madre natural de harina orgánica semi integral molida a piedra y 60 horas de descanso, resultando mucho más ligeras a la hora de digerirlas. Entre ellas destacan opciones como la Margheritha Barbieri, con tomate San Marzano, Mozzarella Fior di Latte y queso Grana Padano curado 24 mesi; y la Triple pomodoro power & burrata, con tomate San Marzano «speciale», tomate semi seco amarillo, tomate semi seco rojo, queso Parmigiano 24 mesi, burrata y oregano, componiendo toda una sinfonía de sabores.
Para las pizzas con base “bianca” encontramos la Rústica, con Mozzarella Fior di Latte rúcula, pomodori secchi, prosciuto di Parma y Parmigiano 24 mesi: un pizza ligera y perfecta para el verano con explosión de sabores; la Funghi e Parmigiano, con Mozzarella Fior di Latte champiñones salteados, cebolla asada, Parmigiano 24 mesi y pimienta; y la Burratta e mortadella, con Mozzarella Fior di Latte, mortadella, burrata stracciata y pesto de pistacho. Esta pizza, además, incluye una sorpresa, secreta y muy atrevida que se descubre in-situ. En la parte dulce las estrellas son los postres clásicos italianos como el Tiramisú, el Mini canolo sicialiano y la Panna cotta, todos ellos fieles a las recetas tradicionales y con elaboración casera.
Cócteles como homenaje al barrio
La experiencia en Café Barbieri se completa con una amplia oferta de cócteles y aperitivos nombrados con nombres de personajes reconocidos y que tienen una vinculación específica con el barrio de Lavapiés. Prueba de ellos son el Cinammon Espresso “Barbieri, el “Lavapiés” Mai Tai, el Spicy Margarita Gloria Fuertes, el “Sabina” Bourbon Sour, el Negroni “García Lorca” o el Bloody Mary de Alfonso XIII; en definitiva, cocteles con personalidad y presencia.
A estos se suman diferentes propuestas para degustar a modo de aperitivo como El increíble vermouth Barbieri, el Quijote Spritz, el Spritz Castizo, o The June Spritz. Todo ello acompañado de buena música para crear una atmósfera que invita a disfrutar de una velada única en un espacio cargado de historia que arranca ahora una nueva etapa.