¿Cómo se realiza la castración de un perro macho? Entienda el procedimiento

La castración del perro es un procedimiento habitual que aporta una serie de beneficios a la mascota. Sin embargo, como la castración canina es un proceso quirúrgico, algunos tutores pueden sentirse inseguros. Aunque está muy indicada, la castración del perro macho sigue siendo algo que genera muchas dudas. Para ayudarle a entender cómo se realiza la castración del perro macho con todos los detalles, separamos algunas informaciones esenciales. Vea a continuación.

¿Qué es la castración del perro?

Aunque se sabe, no siempre se conocen todos los detalles de la esterilización. La castración de perros es un procedimiento quirúrgico que realiza la extirpación de los órganos reproductores del animal. En la castración de una perra, por ejemplo, se extirpan los ovarios. En cuanto al macho, lo que se le quita al perro cuando se le castra son los testículos. Con la extirpación, el animal ya no se reproduce. De esta forma, se evita el embarazo no deseado y se garantiza un menor número de perros abandonados y de calle. Además, la castración del perro aporta otros beneficios. Después de la castración, el macho presentará una mejora de algunos comportamientos y se evitan algunas enfermedades.

¿Cómo se realiza la castración del perro macho?

Este tipo de castración en perros machos es el más indicado para reducir los problemas de comportamiento. El veterinario realiza una pequeña incisión y extrae los testículos del animal. Pero en este tipo de castración de perros, ¿cómo es el resultado? La mayoría de las veces el veterinario sólo cierra la piel con los puntos. La castración, en este caso, mantiene la piel intacta. La única diferencia es que el testículo del perro castrado ya no existe en el lugar habitual. En otros casos, la piel puede ser eliminada totalmente.

Ya para los tutores que no se sienten a gusto con el procedimiento de extracción, existe la opción de la vasectomía. Pero, ¿cómo es la castración del perro en este caso? En la vasectomía no se extirpan los testículos. El procedimiento sólo bloqueará el paso de los espermatozoides, impidiendo así la reproducción. De este modo, los testículos se mantienen y la producción de testosterona no se ve afectada, por lo que los comportamientos no sufren tantas alteraciones. Ambos procedimientos de castración de perros impiden la procreación.

¿Qué cambia después de la esterilización del macho?

Tras la esterilización de un perro macho, es normal que se produzcan cambios, tanto de comportamiento como físicos, como el aumento de peso. Esto se debe a que la cirugía de castración canina afecta a partes del cuerpo relacionadas con la producción de hormonas. En el perro macho, la producción de testosterona disminuye drásticamente tras la extirpación de los testículos, el mayor órgano responsable de la producción de la hormona. Por lo tanto, en la castración en el macho los cambios están muy relacionados con las características de comportamiento. La castración del perro disminuye principalmente comportamientos como la demarcación del territorio con pis, la agresividad con otros perros y el hábito de subirse a la pierna de las personas.

Castración de perros machos: cuidados importantes en el preoperatorio

Como cualquier cirugía, la castración de perros requiere algunos cuidados en el periodo preoperatorio. Antes de la castración, el perro deberá someterse a algunas pruebas, principalmente cardiológicas, de sangre y de presión arterial. Estas pruebas son fundamentales para asegurarse de que la mascota está preparada para someterse al procedimiento sin problemas. Además, antes de la cirugía de castración del perro, es importante que el animal esté sin beber agua durante 6 horas y en ayunas durante al menos 12 horas.

¿Cuáles son los cuidados después de castrar al perro macho?

Aunque la castración del perro macho es un procedimiento común, es una cirugía que necesita un periodo de recuperación postoperatoria. Tanto en el perro macho como en la hembra, este tiempo suele variar entre 7 y 12 días. En el periodo posterior a la castración canina, el tutor debe estar siempre presente para limpiar la herida al menos una vez al día, hasta la vuelta al veterinario: es importante vigilarlo porque pueden surgir complicaciones en el postoperatorio de la castración.

Uno de los problemas más comunes está relacionado con el lamido en la zona de la incisión. Cuando el perro se lame o se rasca los puntos puede acabar teniendo un proceso infeccioso en la zona. Para impedir que después de la castración el perro macho se lama o se rasque el lugar, el uso del collar isabelino es indicado por los especialistas en los primeros cinco días. También existe la posibilidad de que se produzcan hematomas en el lugar, sobre todo en los perros más enérgicos. Es importante que después de la castración del macho se eviten actividades como correr, subir escaleras y saltar, porque pueden acabar causando dolor y rompiendo los puntos.

Después de la castración, también hay que tener cuidado a la hora de ofrecer comida a la mascota, porque comer mucho de golpe puede hacer que el perro se sienta mal. Un problema más raro que puede aparecer tras la castración en el varón es la aparición de granulomas. Eso ocurre cuando hay un rechazo de los puntos internos en los perros. El cuerpo del animal tiene dificultades para absorber el material del punto, generando una reacción y formando una especie de bulto.

La castración evita enfermedades graves y reproducción

Tras la castración, los perros macho pierden la capacidad de reproducirse. Esto significa que el animal ya no podrá fecundar a una hembra. La prevención de la reproducción llevada a cabo por la castración masculina es importante para evitar la procreación no deseada. Muchas veces, el perro genera muchas crías que acaban siendo abandonadas. Además, castrar a un perro es una cuestión de salud. El procedimiento evita que el animal contraiga enfermedades graves, como tumores de próstata, lo que le garantiza una vida más saludable.