La Audiencia Nacional juzga desde este lunes a Mohamed C. y Anass. E., dos supuestos yihadistas que habrían llevado a cabo una actividad «masiva» de captación, propaganda y adoctrinamiento a favor de organizaciones terroristas como DAESH, Al Qaeda y Hamás, al menos durante ocho años y sobre jóvenes marroquíes, aprovechando su posición como referentes de la comunidad islámica en San Sebastián.
En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía de la Audiencia solicita 9 años de cárcel para Mohamed C. y 5 años para Anass E. por el delito de adoctrinamiento terrorista. Además, el Ministerio Público pide ocho años de libertad vigilada para los acusados una vez salgan de prisión, así como imponer a cada uno 3.000 euros de multa.
Siempre según la Fiscalía, Mohamed C. utilizó, primero, su cargo como imán de la mezquita de Herrera y, después, como dirigente de la asociación ASSAFWA Cultural Islámico, ambas ubicadas en la ciudad donostiarra, para llegar a un «elevado número de fieles», niños incluidos, a quienes buscaba captar mediante propaganda yihadista que difundía a través de las redes sociales o en el ámbito personal.
Como referencia de la comunidad islámica en la ciudad, el acusado habría desarrollado actividades, como responsable de la mezquita, en las que mantenía contacto con jóvenes, mientras que por internet daba a conocer material multimedia con propaganda del DAESH o de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, el brazo armado de la organización islamista palestina Hamás. Con ese contenido, que ofrecía una «visión victimista de la comunidad islámica», ambos animaban a practicar la yihad, dando a entender que Occidente era el enemigo a combatir.
«DINAMIZADOR» DEL GRUPO
Mohamed C. tenía dentro del grupo de investigados el rol de líder, dado que era la persona de mayor edad y con el estatus religioso más elevado, por lo que influía sobre el resto y ejercía el papel de «dinamizador» de la comunidad musulmana de la ciudad, según las pesquisas de la Comisaría General de Información de la Policía.
Los agentes comprobaron que el acusado se reunía con los demás investigados bien de forma virtual o bien en persona, en especial en la asociación ASSAFWA, presidida por él y el principal punto de encuentro de los miembros, reseña la Fiscalía, que señala que publicaban material propagandístico en los mismos repositorios.
Por su parte, y junto al líder de la red, Anass E. colaboró en las redes sociales «para ensalzar a grupos terroristas de carácter yihadista, a sus miembros y líderes, justificando su actividad e incitando a la comisión de acciones violentas y atentados suicidas».
Sus mensajes llegaban a jóvenes de nacionalidad marroquí en situación de exclusión que recibían ayudas sociales del Gobierno vasco. Establecieron contacto con ellos en pisos de emancipación o en locales de una asociación dedicada a la integración, una convivencia que se vio reforzada con actividades de ocio o de deporte.
PRACTICABAN LA ‘TAQUIYYA’
Según el Ministerio Fiscal, el modelo de captación y adoctrinamiento estaba basado en el manual yihadista ‘Curso en el arte de reclutar’, utilizaban grandes medidas de seguridad –como reunirse en lugares discretos o emplear distintos teléfonos con varias tarjetas compradas a nombre de otras personas– y seguían la ‘Taquiyya’, el recurso que permite incumplir el Corán para atentar, mientras disimulaban que seguían formas de vida occidental.
Al menos desde 2012, Mohamed C. habría tenido una «actividad masiva» en internet y «con una enorme capacidad de divulgación de contenidos», en los que exaltaban a las organizaciones citadas, a sus líderes y a los terroristas muertos. Como ejemplo, en el escrito fiscal se indica que el acusado tenía 10.000 amigos agregados en dos perfiles en Facebook, «el máximo permitido por la red social».
Sus mensajes mencionaban atentados como el del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York. Uno de ellos, publicado el 9 de diciembre de 2013, incluía una «cruenta imagen» de un hombre vestido de militar que había muerto de manera violenta.
VIAJES PARA CONSEGUIR DINERO
Entre las personas adoctrinadas se encuentran los tres hijos de Mohamed C., que fueron «educados bajo las tesis más extremistas del islam» y contaban también con perfiles de propaganda en las redes.
Uno de los móviles de Anass E. contenía vídeos del ataque contra las mezquitas Al Noor y Linwood, en la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, que se saldó con 51 muertos en marzo de 2019.
En el caso de Mohamed C., la Policía encontró en los registros a su domicilio un talonario con el dinero –7.612 euros– que podría haber recaudado en desplazamientos por Francia en el año 2020, aparte de una serie de audios que justifican el terrorismo y el panislamismo, un movimiento que aspira a unir a todos los países musulmanes en un único Estado islámico que se rija por la ‘sharia’.
Sobre la financiación, la Fiscalía sostiene en su escrito que Mohamed C. viajó a Cataluña, Francia y Bélgica con el objetivo de conseguir dinero para un proyecto de mezquita y para su asociación. Allí habría visitado centros radicales para recaudar recursos, o incluso solicitaba dinero a través de las redes para hacer la yihad.
El Ministerio Fiscal resume que los miembros del grupo seguían la ‘Taquiyya’ para atacar a «esa misma sociedad» occidental «a la que consideran infiel», y empleaban medios y lugares para comunicarse de forma «segura y cifrada», además de «numerosas líneas móviles».