El 14 de mayo es un día importante, porque se celebra la vida y las obras de uno de los discípulos de Cristo, quienes se convirtieron de manera muy señalada en representantes de los postulados y las ideas del Hijo del Hombre, y hoy recordamos a San Matías, quien tomó el lugar el lujar dejado con Judas Iscariote, luego su traición y su suicidio, entre los seguidores de Jesús.
San Matías Apóstol
Primeramente fue considerado como el treceavo discípulo de Jesús, debido a que no fue elegido por Jesús mismo, sino que fue elegido por los demás apóstoles para ocupar el puesto de Judas luego de su muerte, convirtiéndose a ojos de estos en un ser despreciable, que había traicionado al Mesías por treinta monedas de plata, y de acuerdo con lo que enseñan las sagradas Escrituras, después lanzó las treinta monedas al interior del Templo y se quitó la vida por remordimientos.
Ciertamente, San Matías, que nació en Judea y murió lapidado y mártir en el año 80, no formaba parte del grupo de los doce discípulos o apóstoles desde el inicio, pero se encontró siempre presente en los grandes hitos de la vida pública del Mesías, tal como se cuenta en la Sagrada Biblia. Se dice que los apóstoles restantes, luego de la crucifixión, resurrección y ascensión a los cielos de Jesús, llegaron a la conclusión de que “Conviene entonces que elijamos a uno que reemplace a Judas. Y el elegido debe ser de los que estuvieron con nosotros todo el tiempo en el que el Señor Jesús convivió con nosotros, desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los cielos», o al menos eso es lo que cuentan las Sagradas Escrituras que fueron las palabras de Simón Pedro, luego de que, por causa de la traición del Iscariote, Jesús haya tenido que ascender a los cielos.
Entonces, siguiendo el procedimiento que aparece recogido en el Libro de los Salmos, por el cual quedaba dispuesto que cuando se quedara vacío un lugar entre los discípulos de Cristo, se tenía que designar a otra persona para que lo ocupara, se dejó a la suerte la designación de esa persona, recayendo el nombramiento en San Matías, quien, a pesar de no haber formado parte del círculo íntimo del Hijo de Dios, siempre se le consideró como un fiel y absoluto seguidor de Jesús y de sus enseñanzas.
Según se cuenta, la propia Santa Elena, madre del emperador Constantino I, fue quien ordenó que las reliquias de San Matías Apóstol fueran trasladadas hasta Tréveris, donde actualmente se encuentra su tumba y es venerada en una abadía que fue dedicada en su nombre. Aunque algunas de sus reliquias fueron repartidas a la Iglesia de Santa María la Mayor en Roma, a la Iglesia de Santa Justina en Padua y a la Iglesia de San Pedro en Lima, Perú. San Matías Apóstol es el santo patrón de los arquitectos y de los carniceros.
Además de San Matías Apóstol, el 14 de mayo la Iglesia de Roma recuerda en este día a otros beatos y santos que ayudaron a que la fe en el Hijo del Hombre se sostuviera y se esparciera por el mundo, con sus enseñanzas, sus obras y su ejemplo de vida, pudiendo mencionar a San Abrúnculo de Langres, San Cartago de Lismore, San Eremberto de Tolouse, San Galo de Clermont, San Isidoro de Quío, San Máximo de Asia, San Miguel Garicoïts, San Poncio de Cimiez, Santa Enedina e Cerdeña, Santa Justa de Cerdeña, Santa María Mazzarello, Beata Teodora Guérin, Beato Gil de Vaozéla y Beato Tutón de Ratisbona.