La guerra impulsada por el régimen de Rusia en territorio ucraniano estaría teniendo un efecto catastrófico en todo el mundo, generando no solo la muerte de miles de personas y un éxodo sin precedentes en la historia reciente de la región, sino también una debacle económica mucho más grave que la generada por la crisis del coronavirus.
En el caso de España, esta situación se caracterizaría principalmente por un aumento en la inflación que podría rozar el 10% para mediados del 2022, disminuyendo aceleradamente el poder adquisitivo de los ciudadanos e impulsando una nueva ola de créditos rápidos para ayudar a la población a mantener sus hábitos de consumo.
¿Qué es el crédito rápido?
Antes de explicar por qué este tipo de financiamiento podría incrementar significativamente durante la crisis generada por la guerra, es necesario comprender qué son los créditos rápidos.
En esencia, estos no son más que productos de financiamiento que se entregan de forma casi inmediata una vez son aprobados.
Los créditos rápidos suelen diferenciarse de otras formas de financiamiento debido a que requieren de un papeleo menor, pueden realizarse desde Internet o una llamada telefónica, teniendo como desventaja una serie de condiciones restrictivas como tasas de interés altas, menor número de cuotas e incluso la obligación de amortizar la totalidad del pago en apenas algunas semanas.
¿Las empresas podrían aumentar la oferta de préstamos?
Dentro del contexto actual, estos productos se vuelven más atractivos, un fenómeno que no solo se puede ver en España, sino en casos similares de todo el mundo: mientras la inflación crece de forma estable, también lo hace la necesidad de la población de adquirir financiamiento externo.
Mientras que el aumento en la inflación beneficia a las entidades financieras, ya que incrementa el número de clientes potenciales, también es “positiva” para los clientes, ya que las cuotas pueden volverse insignificantes a medida que el valor de la moneda local cae.
De acuerdo a un reportaje reciente realizado por el medio The Objective, ya podríamos ver a empresas como BBVA desarrollando estrategias para aumentar los créditos rápidos en medio de la inflación, disminuyendo el costo del financiamiento hasta el 3,98%, mientras que la media del sector sería de 7,5%.
Si bien es imposible determinar qué otras entidades seguirán con iniciativas similares, lo cierto es que la situación económica actual (y la prevista de cara al resto del 2022) cumple con todas las variables necesarias para llevar a un incremento en la oferta de créditos rápidos.
¿Es ideal solicitar financiamiento durante la crisis?
A pesar de que este fenómeno se materialice, la verdadera pregunta que deben plantearse los españoles es si realmente vale la pena solicitar financiamiento durante un periodo de crisis. Aunque pueda parecer atractivo, lo cierto es que incrementar los niveles de deuda puede tener consecuencias a mediano y largo plazo.
Una buena idea puede ser acudir a un comparador de préstamos como Finbino, ya que agrupa buena parte de los productos disponibles en un mismo lugar, haciendo que el proceso de estudio de las opciones sea mucho más preciso.
Este tipo de plataformas suele dividir los préstamos según importe, porcentaje de intereses, tipo de financiamiento y entidad de preferencia.
Del mismo modo, se recomienda que los interesados realicen un estudio profundo de su situación financiera que ayude a determinar qué tan necesario es acudir a financiamiento externo para cumplir con pagos esenciales. Si el gasto no es primordial, es posible que prescindir de una deuda mayor sea la mejor opción.