División en la comunidad educativa por el nuevo currículo de la ESO

La comunidad educativa se encuentra dividida en torno al nuevo Real Decreto por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la ESO, aprobado este martes en Consejo de Ministros.

Desde la Federación de Enseñanza de CCOO saludan que el nuevo currículo tenga enfoque competencial. «Nos parece mucho más ajustado con las necesidades de nuestra sociedad», señala Francisco García, secretario general de FECCOO, que también celebra que la evaluación sea más flexible y que, por lo tanto, sea el profesorado quien decida si es útil o no que un alumno repita curso.

En cualquier caso, García recuerda que todavía quedan dos cuestiones sobre la mesa, que hace falta hacer un «mayor esfuerzo» en formación del profesorado para aplicar la reforma educativa y retomar el debate de las ratios, de prestar atención más individualizada al alumnado y del horario lectivo de los docentes.

También UGT valora positivamente las propuestas introducidas, ya que según este sindicato van encaminadas a «lograr que los aprendizajes del alumno sean realmente significativos». Sin embargo, esto requiere dotar a los centros de los recursos necesarios, como: una reducción de ratios; de las horas lectivas del profesorado; el refuerzo de las plantillas; la incorporación de nuevos perfiles o el aumento de la preparación de los docentes.

UGT también celebra el refuerzo del papel de las Juntas de Evaluación a la hora de determinar la promoción y titulación del alumnado, así como que la posibilidad de adaptar el currículo, los agrupamientos flexibles, las medidas de apoyo personalizado y la recuperación del programa de Diversificación.

En el caso de CSIF, su responsable en materia educativa, Mario Gutiérrez, critica que la nueva norma «en ningún caso mejora el sistema educativo». En este sentido, rechaza que el currículo sea más competencial porque, a su juicio, lo hace «a costa de los contenidos», señalando que dichas competencias «no se pueden alcanzar sin memorizar conceptos».

Asimismo, CSIF también rechaza la promoción «automática» del alumnado así como la eliminación de los exámenes extraordinarios, ya que «va en contra de la igualdad de oportunidades al minusvalorar la titulación que se da en los centros públicos». «Esto permitirá abrir más nichos de negocio para la educación privada», zanja Gutiérrez.

PADRES Y CENTROS

Por parte de las asociaciones de padres y alumnos, la presidenta de CEAPA, Leticia Cardenal, celebra que el nuevo currículo aprobado «pone en valor la evaluación continua y apuesta por un modelo competencial, y no tanto por la memorización de contenidos para los exámenes». «Creemos que es un paso hacia adelante en una educación más equitativa y donde no pese tanto el contenido teórico, aunque requerirá un aumento de la partida presupuestaria para adaptarse a esta nueva situación», añade.

En cambio, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), valora «negativamente» el nuevo currículo, que «sigue sin apostar por la cultura del esfuerzo y del trabajo», posibilitando que los alumnos pasen de curso sin aprobar, según expone su presidente, Pedro Caballero, quien recuerda la oposición de la Confederación a la LOMLOE. «Las familias y maestros son los que saben de educación, no los políticos que promulgan leyes educativas infumables», sostiene.

Los centros católicos concertados se oponen a la nueva norma. «En principio, consideramos que el nuevo currículo de ESO supone un descenso del nivel académico y de la exigencia respecto al nivel actual, y esto no es bueno para el sistema educativo», asegura Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas, en referencia a los requisitos de promoción y titulación, que a su juicio pueden «favorecer una cultura del mínimo esfuerzo».

No obstante, como punto positivo, menciona que la mayor autonomía pedagógica que otorga el RD a los centros es una «oportunidad» para que los equipos directivos y docentes plasmen todo su potencial en desarrollo de sus Proyectos educativos.

Por el contrario, la Asociación de Colegios Privados e Independientes (CICAE) sí está de acuerdo con las nuevas enseñanzas mínimas para la ESO fijadas por el Gobierno. Su directora general, Elena Cid, considera «imprescindible» que el aprendizaje sea más competencial. «Los colegios privados innovadores llevan años implantando, con excelentes resultados, metodologías activas que generen aprendizajes significativos para toda la vida. El alumno, además de adquirir conocimientos, ha de saber aplicarlos de manera práctica tanto fuera como dentro de la vida escolar», explica.

Además, desde CICAE se muestran a favor de la evaluación continua y de que la repetición sea una «excepción», aunque precisa que esto no ha de servir de «excusa» para ser menos exigentes en el esfuerzo. Si bien, no ven «adecuada» la eliminación de los exámenes de recuperación y consideran que es de «gran dificultad» para los colegios procesar y actualizar la normativa en «tan poco tiempo» tras el desarrollo autonómico.