Varias modelos y maquilladoras que trabajaron en sesiones fotográficas con el fotógrafo donostiarra José Juan Cabezudo, conocido como ‘Kote’, al que se acusa de hasta 32 delitos, algunos de índole sexual, a 16 mujeres que posaron para él, han destacado que su trato era «muy profesional» y que hicieron lo que querían.
Además, las modelos han asegurado que sabían que sus desnudos podían ser difundidos en las páginas web del acusado, porque así figuraba en los contratos que firmaron, mientras que una de las maquilladoras ha asegurado que las chicas elegían a Cabezudo entre otros fotógrafos para sus ‘books’ para «tener las mejores fotos», porque «querían hacer carrera como modelos».
En la undécima sesión del juicio que contra Cabezudo se desarrolla en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa han declarado diez testigos citadas por todas las partes, seis de ellas modelos (una testigo de referencia), dos maquilladoras, un hombre que creó las webs en las que Cabezudo mostraba sus trabajos fotográficos (Fotokoma, Koko Archives y Kote.es) y la exmujer del acusado, también fotógrafa.
La seis modelos que han declarado, que hicieron sesiones de desnudos «artísticos», con Cabezudo, han reconocido los contratos firmados con el fotógrafo para la realización de las mismas, y han asegurado que su trato fue «muy profesional».
Una de las testigos ha asegurado que «en los contratos ponía que él tenía páginas web en las que difundir las imágenes, pero cuando firmas un acuerdo así, la letra pequeña no la lees, como sucede, por ejemplo, cuando suscribes un acuerdo con una compañía telefónica».
Esta modelo ha manifestado que en todas las sesiones con Cabezudo «hacía lo que quería» y si se hubiera sentido incómoda en alguna sesión «hubiera hecho una y no más». «Yo con ese tema no juego, no bromeo, hubiera parado si su comportamiento no fuera profesional», ha dicho.
En cuanto al estudio del fotógrafo en el barrio del Antiguo de San Sebastián, han señalado que «era grande, amplio, podía entrar la luz» y tenía «vestidor y baño, con puertas» para cambiarse.
Otra de estas mujeres ha afirmado que aunque estuviera desnuda en las sesiones no sintió «que hiciera algo pornográfico». Sobre las fotos que le hizo Cabezudo, ha opinado que son «maravillosas».
Una de las mujeres ha contado que «dos personas del equipo de las denunciantes» se presentaron en su «trabajo, en la oficina, delante del jefe, sin pedir permiso», para intentar que cambiara su declaración hacia «otro lado». «Como iba a dar un testimonio desfavorable a las denunciantes, me dejaron de lado», ha señalado.
En cuanto a las páginas web en las que Cabezudo difundía sus fotografías, con suscripción de pago, una de estas testigos ha señalado que «las hackearon» tras lo cual sus fotografías se difundieron en otras webs de terceros, «de forma gratuita», lo cual ha reconocido suponía un perjuicio económico para el acusado.
«ELLAS SE OFRECÍAN A INTIMAR»
Otra testigo, también modelo, ha sostenido que había «muchas modelos», algunas «menores de edad», que «querían algo con ‘Kote’ para subir de nivel». «En esa época ‘Kote’ tenía bastante éxito con las modelos y podía tener a mano a cualquiera», ha declarado, para añadir que «ellas se ofrecían voluntariosamente a intimar».
La mujer ha recordado que algunas de las imágenes que de ella tomó Cabezudo pudieron verse en «exposiciones de Kutxa» en San Sebastián, así como en «catálogos y promociones totalmente legales», por lo que fueron «un trampolín para poder seguir trabajando», como modelo. Realizó también «talleres en la asociación de fotografía de Bilbao», pero «pornografía, jamás de los jamases».
En la sesión de este jueves también ha declarado la que fue mujer de Cabezudo, también fotógrafa, del que se separó en 2005 tras una relación de 23 años. Ambos crearon el estudio de fotografía Fotokoma, «acrónimo» de sus nombres. «Cuando me voy de casa, se rompe toda la relación, incluso la del estudio, en 2005», ha relatado.
Según ha explicado, ella estaba presente en algunas de las sesiones de su entonces marido, que también le «pedía consejo muchas veces» sobre las fotografías. «Me consta que hacía fotografías de desnudos, con menores lo desconozco», ha señalado.
En todo caso, ha apuntado que las fotos que ella conoce de Cabezudo son de «desnudo artístico», en el cual «siempre incluía el rostro» de las modelos. «Le gustaba mucho el cuerpo de la mujer y fotografiar mujeres y hombres», ha apuntado. «La mayor parte de sus exposiciones en los 90 él nunca hacía partes del cuerpo, sino que exhibía toda la anatomía humana, incluso con miradas enfrentadas a cámara», ha explicado.
Por otro lado, ha contado que, a veces, después de las sesiones de desnudo de Cabezudo, las modelos posaban para ella y les hacía retratos. Al respecto, ha señalado que «nunca» ninguna le dijo que él «tuviera un comportamiento inadecuado». «Ellas estaban cómodas en la sesiones, por lo menos en las que yo he estado», ha afirmado, para incidir en que las modelos «participaban activamente en las sesiones».
También han declarado dos maquilladoras que trabajaron en sesiones de Cabezudo y que han asegurado que cuando fotografiaba a menores «siempre era con consentimiento» de sus padres e incluso en presencia de los mismos en el estudio. «La mayoría estaban encantadas y preferían hacerse sus books con Kote», ha señalado una de las maquilladoras, que ha recordado «un reportaje de Playboy» en el estudio de Cabezudo con desnudos de una menor en presencia de su madre. «No hubo ningún problema», ha dicho.
La otra maquilladora ha insistido en que las modelos posaban «con ganas y contentas». «No sabe usted las veces que he repetido en mi memoria si en algún momento he podido notar algo de las chicas que he maquillado. Soy mujer», ha respondido a preguntas del fiscal, para incidir en que «en muchos casos las chicas iban con sus madres y estaban relajadas, estaban bien».
«Trabajé diez años con Kote y las chicas que iban allí lo hacían con pleno consentimiento», ha defendido. En la sesión también ha declarado como testigo un hombre que diseñó y rediseñó las páginas web de Cabezudo que se cerraron en 2014. Posteriormente le hizo otra «personal» en 2015 para mostrar sus trabajos fotográficos.
La última testigo de referencia en declarar, también modelo, ha relatado que el abogado de la acusación particular, Mario Díez, le «insistió mucho» llamándola por teléfono en «saber si era pornográfico o no» un reportaje fotográfico que una de sus compañeras del curso de modelos que hizo le dijo, «un día de fiesta con 16 años», que había hecho desnuda con Cabezudo. «Yo no vi ningún resultado de esa sesión», ha indicado.
«Mi intención no es defender a nadie, lo que no quiero es mentir», ha apuntado. En este sentido, ha relatado que ella lleva 20 años fuera de San Sebastián y ha estado «muy desconectada de la ciudad». Por eso, cuando le llamó el letrado de la acusación particular y le «contó su versión de toda la historia, de las chicas a las que llevaba», ella declaró en instrucción «con demasiada ligereza», pero no le «gustó nada el tono» que Díez tuvo con ella.
«Hoy que he visto todo, incluida la parte de las violaciones, me siento súper incómoda de estar aquí, no quiero estar aquí. No quiero que lo que haya dicho con ligereza pueda inclinar la balanza», ha apuntado, al tiempo que ha señalado que con 16 años le «parecía un escándalo que hiciera fotos desnuda», pero no cree que aquel reportaje que Cabezudo hizo a su compañera del curso «fuera pornográfico», porque ella no «concretó que hiciera nada sexual».
Al finalizar la sesión, el juez ha obligado a identificarse a una señora que, al parecer, había grabado la vista oral con un teléfono móvil, le ha pedido que borrara las imágenes que hubiera tomado, y le ha recordado que están prohibidas la grabación y difusión de la vista.