El cardenal Omella recibirá a víctimas de abusos sexuales en la Iglesia en la sede de la Conferencia Episcopal

El cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella, recibirá este miércoles, en la sede de la Conferencia Episcopal, a víctimas de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica, según han informado fuentes de la Asociación Infancia Robada (ANIR).

En el encuentro, que tendrá lugar a las 16:30 horas, participarán un total de 15 hombres y mujeres que, cuando eran menores, fueron víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia. Asimismo, estarán presentes la abogada de la Asociación Infancia Robada y un sacerdote que trabaja con víctimas.

Esta reunión tiene lugar cuando se cumple un mes del encargo, por parte de la Conferencia Episcopal Española al despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo de una auditoría externa sobre los abusos en la Iglesia.

La firma legal ha formado un equipo de 18 profesionales que llevarán a cabo la investigación «sin límite de tiempo» hacia el pasado y en el plazo de un año.

Por el momento, según los últimos datos, a 10 de marzo de 2022, el despacho había recibido en torno a 35 denuncias de abusos. Cualquier persona puede denunciar a través del correo habilitado ‘denunciaabusos@cremadescalvosotelo.com’.

El despacho ha explicado que el modelo que van a seguir será «un híbrido» basado en la experiencia de Alemania, de Francia, combinado con el trabajo realizado ya por las oficinas de protección a menores puestas en marcha en todas las diócesis españolas.

506 DENUNCIAS EN DOS AÑOS

Precisamente, según informó el secretario general y portavoz de la CEE, la Iglesia española ha recibido 506 denuncias sobre abusos sexuales en los dos primeros años desde que se pusieron en marcha estas oficinas para la prevención de abusos a menores.

En concreto, de los 506 casos, en 103 de ellos el acusado ya ha fallecido, aunque los casos se investigan aunque el presunto agresor haya fallecido o aunque el caso haya prescrito. La mayoría de las denuncias, un total de 300, obedecen a asuntos ocurridos hace más de 30 años, y se refieren a sacerdotes, religiosos y laicos.

Al mismo tiempo, hace dos semanas, el Congreso de los Diputados dio luz verde a la comisión de investigación de los abusos en la Iglesia liderada por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo.

La propuesta, planteada por PSOE y PNV, y aprobada con el apoyo de Unidas Podemos, ERC, EH Bildu, Ciudadanos, BNG, JuntXCat, PDeCAT y también el PP, el voto en contra de VOX y dos abstenciones de UPN, establece la apertura de una investigación liderada por el Defensor del Pueblo, de la mano de una comisión independiente de expertos, que incluirá distintas disciplinas, en la que también participarán víctimas de abusos y a la que se invita igualmente a miembros de la propia Iglesia.

Frente a esta iniciativa, Unidas Podemos, Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu habían presentado otra propuesta para que fuera una comisión parlamentaria la que investigara estos abusos, de manera que se pudiera escuchar a las víctimas en el Congreso, pero finalmente prosperó la proposición de PSOE y PNV.

GABILONDO PIDE A LA IGLESIA QUE PARTICIPE

El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha mostrado su deseo de que la comisión esté constituida para Semana Santa y ha pedido la «confianza» de la Iglesia católica española para participar en la investigación.

«Me parece que es mejor que estén para poder colaborar, para aclarar, si queremos que sea un asunto que se afronte de verdad y evitar que vuelva a suceder y para que las víctimas se sientan reconocidas, esto, a mi juicio, llama a que esté presente un representante de la Iglesia católica en esta comisión», declaró Gabilondo el pasado viernes en una rueda de prensa en el Congreso, tras entregar el Informe Anual de 2021 del Defensor del Pueblo.

Aunque el secretario general de la CEE, Luis Argüello, dijo la semana pasada que están dispuestos a colaborar con la comisión, apuntó que, a priori, su inclinación a participar sería negativa. Si bien, Gabilondo no lo entiende como un «descarte» sino como que están «a la expectativa» de ver cómo se hace, con qué procedimientos y objetivos.