La tortuga laúd de 230 kilos que apareció el pasado sábado en aguas de Mazarrón (Murcia) se recupera favorablemente en el Oceanogràfic de València de las graves heridas en sus aletas y caparazón gracias a la labor de veterinarios y biólogos que la han atendido tras haber quedado enmalladada en un cabo de pesca.
Este animal, de casi metro y medio metro de largo, fue trasladado de urgencia al centro de recuperación de animales marinos por los técnicos de la dirección general de Medio Natural y del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Región de Murcia.
Los profesionales del acuario realizaron los procedimientos veterinarios correspondientes (exploración física, ecografía, analítica sanguínea…) y sanaron las múltiples lesiones y erosiones que presentaba en todo su cuerpo.
Aunque su estado inicial era muy débil, la tortuga está respondiendo favorablemente al tratamiento y será devuelta al mar durante el día de este lunes en Cartagena.
La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) es una de las especies de tortuga más grandes que existe, ya que puede llegar a pesar 600 kilos, y de la que todavía se desconocen muchos aspectos sobre su biología.
DISPOSITIVO EN EL CAPARAZÓN
Por eso se ha instalado al ejemplar un dispositivo satelital en el caparazón que permitirá conocer sus próximos movimientos cuando vuelva al mar, lo que aportará a los científicos información sobre las rutas y el comportamiento en el mar de estos fascinantes animales.
La lista roja de especies amenazadas clasifica como «vulnerable» a la tortuga laúd y España también la incluye en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial.
Sus principales amenazas son la caza de ejemplares adultos en la playa, la muerte accidental en artes de pesca y la expoliación de sus nidos. Se caracteriza por tener una capacidad extraordinaria para regular su temperatura, lo que le permite tolerar el frío y bucear a gran profundidad.