La cultura financiera en nuestro país no ha dejado de crecer en los últimos años. De una cultura inversora obsesionada con el ladrillo hemos pasado a una que apuesta por la diversidad y versatilidad de opciones. Pero con esta apertura surge un riesgo: el de elegir mal el horizonte temporal de nuestras inversiones. Por ello, en este artículo vamos a abordar esta cuestión tan importante y, desgraciadamente, tan olvidada por muchos inversores.
Los contratos por diferencias (CFD), para el corto plazo
A la hora de invertir a corto plazo, invertir en CFD es la solución ideal. Los CFD permiten entradas y salidas rápidas de cualquier posición, con gastos muy contenidos. Nos permiten especular sobre los movimientos de una gran variedad de activos sin tener que poseer el activo subyacente.
Esto también posibilita abrir posiciones bajistas (ir cortos), en las que ganaremos dinero cuando una cotización caiga. Por supuesto, también podremos abrir posiciones alcistas (ir largos), en las que ganaremos cuando una cotización suba. Criptomonedas, acciones, metales o índices son algunos de los mercados en los que podremos operar con CFD.
Los fondos de inversión, para el medio plazo
Si no tenemos pensado una operativa frecuente y preferimos desentendernos de los vaivenes del mercado, los fondos de inversión son la opción recomendable para el medio plazo. Un fondo de inversión es un instrumento de inversión colectiva en la que participantes aportan sumas de dinero puntuales o periódicas que son gestionadas por un gestor humano o digital (roboadvisor).
En España, la figura del fondo de inversión tiene un tratamiento fiscal ventajoso, ya que no tendrás que pasar por Hacienda cuando hagas traspasos entre fondos de inversión. Abonarás los impuestos por plusvalías cuando saques tu dinero finalmente de los fondos. Este es un aspecto a tener en cuenta, ya que potencia el medio plazo a la hora de utilizar este instrumento de inversión.
Los planes de pensiones, para el largo plazo
Si tu horizonte de inversión es a largo plazo, los planes de pensiones son la opción más recomendable. En primer lugar, son un instrumento de inversión que permite desgravaciones en la declaración de la renta en España. En segundo lugar, no pueden entrar en situación de insolvencia porque existen límites sobre el grado de endeudamiento que pueden tener. Y, por último, no son embargables.
Ahora bien, los planes de pensiones tienen una desventaja importante si se usan para horizontes temporales que no sean a largo plazo: rescatar el dinero invertido en ellos antes de la edad de jubilación es complicado y puede acarrear grandes penalizaciones sobre tu capital invertido.
En resumidas cuentas, cada uno de los instrumentos financieros que acabamos de ver se adapta perfectamente a un horizonte temporal determinado. Para el corto plazo, los CFD son imbatibles. Para el medio plazo, los fondos de inversión son los reyes indiscutibles. Y, para el largo plazo, los planes de pensiones se perfilan como una opción ventajosa. Y tú, ¿has utilizado alguno de estos instrumentos de inversión ya para hacer crecer tu dinero?