Joe Biden quiere que se evalúe con urgencia la creación del dólar digital con el fin de mantener en la centralidad del sistema financiero internacional al dólar a pesar de que desde hace años parece que se está avanzando a un mundo multipolar que hace presuponer que en un futuro inmediato se va a repartir más el papel de moneda de reserva, es decir, es posible que el dólar todavía vaya a conservar durante décadas un porcentaje de uso muy alto en el comercio internacional, pero es previsible que el porcentaje se reduzca en favor de monedas como el yuan chino, el euro o incluso de algunas criptomonedas, y contra dicha tendencia precisamente pretende luchar el dólar digital, que es una iniciativa que indudablemente ha nacido en gran parte inspirada y empujada por bitcoin y compañía y que probablemente termine de desplazar al dinero físico en las próximas décadas.
¿Tomarán ventaja las monedas fiat digitales frente a las físicas?
La creación de dólares, euros o yuanes digitales (China ha tomado la delantera en este aspecto como en otros tantos que tienen que ver con la tecnología) responde a varios factores, aunque sin duda uno muy importante es la aparición y amplia aceptación de las criptomonedas y el uso cada vez menor del dinero físico, que, con la excepción de compras pequeñas o realizadas por la población no bancarizada, apenas se usa, sobre todo en el caso de compras grandes, lo que supone una ventaja a la hora de plantear la creación de monedas digitales, dado que ya no sería necesario vencer una gran resistencia de la población a la hora de no utilizar dinero físico.
Aunque los términos moneda digital y criptomoneda pueden llevar a confusión, lo cierto es que a priori serían activos completamente diferentes pero que para un inversor o incluso para el ciudadano común y corriente pueden actuar de manera complementaria. La primera diferencia consiste en el respaldo, dado que los dólares, euros, yuanes o libras digitales estarán respaldadas por sus bancos centrales (la FED, el BCE, etc) con todo lo bueno y todo lo malo que ello implica, mientras que las criptomonedas están descentralizadas, que es precisamente la característica que tanto atrae a unos y tanto repele a otros. Por otro lado, la emisión de divisas fiat digitales podría facilitar el acceso a crédito de los ciudadanos directamente desde sus bancos centrales sin tener que pasar por la banca tradicional, que actúa como intermediaria y de paso encarece los préstamos.
En el lado negativo de la balanza está la defensa de la privacidad, dado que la supremacía de monedas digitales estatales podría entrar en conflicto con el derecho a mantener en privado en qué se emplea el dinero, ya que con una moneda digital sería muy fácil para los gobiernos fiscalizar en su práctica totalidad las cuentas de todos los ciudadanos, aunque hay que decir que de momento no se pretende eliminar las monedas físicas (de eso ya se encargará la propia sociedad, de ir dejando de utilizar poco a poco las engorrosas monedas y billetes, que protegen su privacidad, por los cómodos pagos digitales, que son perfectamente trazables) y además van a convivir con las criptomonedas, un activo por el que cada vez más personas se están interesando, aprendiendo como operar con ellas e incluso empezando a crear su propio portfolio de las mismas.
Un ecosistema compartido
En cualquier caso parece evidente que las divisas digitales van a tener una fuerte competencia por parte de las criptomonedas, las cuales ya se han establecido con bastante fuerza y ganan cuota de mercado a pasos agigantados en todo el mundo, incluso en nuestro país, dónde, según una encuesta realizada por el Statista, alrededor de cuatro millones de personas posee criptomonedas, una cifra más impresionante si se tiene en cuenta que sólo pueden comprar y vender criptomonedas las personas mayores de edad.
Aquel que quiera aprender cómo comprar criptomonedas en España no va a encontrar demasiados problemas, dado que en el país operan varias exchanges (algunas incluso totalmente nacionales) y también se pueden utilizar plataformas de bróker online para, mediante CFDs apalancados, abrir posiciones según su previsión, lo que no implica comprar ni vender ninguna criptomoneda sino especular con la volatilidad de los precios, lo cual ya es un riesgo de por sí, al ser las criptomonedas tan volátiles, y que se incrementa con el uso del aplancamiento. A las criptomonedas todavía les queda un largo camino para su plena adopción, y toda operación que las incluya añade un factor extra de riesgo para el usuario, inversor o trader con el que se debe contar.