A lo largo de los últimos años, han sucedido hechos que han dejado un contexto de preocupación y duda al no saber qué sucederá en un futuro cercano respecto a la sociedad y estilo de vida. Desde que decretaron el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus en marzo de 2020, parece que el mundo no levanta cabeza. En solo dos años, los ciudadanos han tenido que enfrentarse a situaciones tan complejas como fenómenos meteorológicos adversos como resultado del cambio climático, una pandemia mundial o el inicio del conflicto entre Ucrania y Rusia.
Las personas han visto cómo se ha incrementado el precio de la energía superando récords históricos. La tarifa de la luz ha pasado a ser uno de los asuntos más preocupantes del 2022. La situación ha empeorado drásticamente con el inicio del conflicto, que ha supuesto una preocupación añadida en cuanto al suministro de gas se refiere. Europa, entre otras consecuencias, se enfrenta a una crisis energética grave, ya que muchos países europeos dependen exclusivamente de la energía rusa.
La gran pregunta ahora es: ¿cuáles son las posibles alternativas para generar la energía suficiente para abastecer a toda la población?
Formas de generar energía
Aunque actualmente y por falta de contar con la infraestructura necesaria no se puede generar una gran cantidad de energía a través de otros métodos, sí existen diversas formas alternativas para obtener energía.
Para abastecer a un gran número de personas existen energías como la nuclear, que crea una gran cantidad de energía sin emitir gases de efecto invernadero. Sin embargo, los residuos que genera son muy peligrosos para el medioambiente y, además, un accidente incontrolado en una central nuclear podría tener graves consecuencias.
Las energías renovables son una alternativa respetuosa con el medioambiente y que se obtienen de una fuente natural e inagotable como la fuerza del viento, el sol o el movimiento del agua. Pero, ¿cuál es la alternativa si no se puede generar energía en masa a través de las renovables?
La energía renovable que permite un consumo autosuficiente tanto en hogares como en empresas y la más habitual, es la energía solar.
La energía solar para un consumo autosuficiente
Cada vez son más las empresas y hogares que apuestan por un consumo autosuficiente a través de la energía solar. A la hora de instalar las placas solares, es normal que se coloquen sobre los tejados, azoteas y cubiertas para ahorrar espacio.
Al instalarlas es imprescindible contar con sistemas anticaídas que aseguren a los operarios mientras realizan su trabajo. Pero, para su posterior mantenimiento, también es necesario contar con este tipo de dispositivos para evitar caídas. Entre los sistemas más habituales se encuentran las líneas de vida, a las que un usuario equipado con los equipos de protección necesarios se puede enganchar.
Instalarlas, tanto a nivel empresarial como a nivel particular, supone una inversión. Sin embargo, es una solución que a medio y a largo plazo será respetuosa con el medioambiente y supondrá un ahorro en la factura de la luz.