La que fuera pareja sentimental del acusado de matar a golpes contra la pared al bebé de ambos en Almassora (Castellón) ha asegurado este martes en la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Castellón que él chillaba y pegaba al menor y que le molestaba que llorase.
Por su parte, las personas de la familia del procesado que han testificado han señalado que la relación entre el acusado y su pareja era buena y que nunca habían visto ningún gesto agresivo de los padres hacia el menor.
La madre del niño, que era menor en el momento de los hechos, ha explicado que el bebé sufrió una fractura tras retorcerle el acusado el brazo, aunque, al principo, ella dio como explicación de lo acontecido que la lesión se la produjo el menor cuando ella iba a sacarlo del carro porque -según ha dicho- tenía miedo a que le quitaran al niño y porque estaba enamorada del padre del mismo.
La expareja del procesado, que ha destacado la actitud «agresiva» del padre hacia el menor, al que -según ha apuntado- le propinaba bofetones y golpes en el cuerpo-, ha relatado que en una ocasión mordió al bebé en la parte interior de una mano, aunque no se lo dijo a nadie porque le tenía miedo.
El día de los hechos, tal y como ha manifestado la madre del bebé, el acusado se acostó a las 5.00 horas «tras ver la tele, mirar el teléfono y fumar porros» y cuando el menor se despertó a las 8.00 horas moviendo el sonajero le pegó. «Lo tenía contra la pared y me amenazó para que no dijera nada», ha añadido.
Así, ha declarado que, ese día, tras escuchar un primer golpe y oir al niño llorar, comprobó que el acusado lo tenía con la mano en el cuello y contra la pared y que le dio un segundo golpe. La mujer ha indicado que no contó la verdad sobre lo que había pasado hasta que estuvo internada en un centro de menores y se veía «más segura».Además, ha señalado que aceptó su condena porque sabe cuál se su parte de responsabilidad a la hora de haber podido defender al bebé.
VEÍA «TRISTE» A SU HIJA
La abuela materna del bebé ha asegurado que no pensó que el procesado le podía hacer nada ni a su hija ni a su nieto. No obstante, ha declarado que, desde que nació el niño, a su hija la veía triste. Además, ha subrayado que le contaron que el procesado quiso pegar a su hija cuando esta estaba embarazada.
Esta testigo, que ha indicado que su hija decidió contar la verdad porque decía que, «si no, su hijo no iba a descansar», también ha destacado que la madre del procesado le pidió que su hija asumiera los hechos porque, al ser menor, le caería menor condena, extremo que ha negado la que fuera su consuegra.
Por su parte, la novia del hermano del acusado se ha mostrado convencida de que la fractura del brazo del bebé la provocó su madre al sacarlo del carro, ya que, según ha dicho, ella estaba presente en ese momento. Así mismo, ha manifestado que días después del fallecimiento del menor, cuando fueron al domicilio del acusado, observó en el baño restos de sangre en la pared y en la puerta, así como en la ducha, aunque -ha indicado- se veía que ya lo habían limpiado.
En la jornada de este martes también ha declarado una trabajadora social de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Almassora, que ha afirmado que empezaron una intervención con la familia del acusado al notificarles desde el hospital que el bebé había sufrido una lesión en el brazo. Según ha apuntado, detectaron que los padres del niño eran «muy jóvenes e inmaduros» y que necesitaban supervisión y acompañamiento.
Ha declarado que a los padres del bebé se les veía afectuosos con él y que no vieron ninguna circunstancia que les hiciera sospechar algún tipo de maltrato.
Finalmente, otra trabajadora de Servicios Sociales ha narrado que siempre vio cordialidad entre los padres del bebé y que la madre era «muy dependiente, muy vulnerable y muy fácil de manipular». El juicio continuará este miércoles.