En muchas ocasiones no se sabe quién inventó un objeto o una prenda en particular. Esto pasa con los CALCETINES HOMBRE y con los de las mujeres y los niños, los cuales parece que llevan entre nosotros más de lo que pensamos.
Como todas las prendas de ropa, los calcetines han ido evolucionando a lo largo de la historia y los primeros de los que se tiene noticia tenían poco que ver con los que podemos encontrar hoy en la tienda Socks Market.
Nacen en el Antiguo Egipto
Aunque se cree que ya en el Neolítico se empleaban calcetines, los cuales no eran más que una venda enrollada en el pie, lo cierto es que los primeros que se conservan y que se parecen a los nuestros nacen en Egipto.
Una tumba datada en el año 256 no da los primeros calcetines de lo que parece paño que se fabricaba sin tejer y que estaría destinado a proteger los pies de las rozaduras.
En el siglo III ya se empiezan a tejer los calcetines
Ahora estamos acostumbrados a los calcetines tejidos y elásticos, pudiendo colocarlos en los pies tirando de ellos.
Esto que es algo común ahora no aparece hasta el siglo III, cuando se tejen de manera artesanal, aunque no debemos pensar que eran iguales a los que llevamos nosotros hoy en día.
En la Edad Media se combinaban con las calzas
Con las calzas, una especie de pantalón masculino que no era tan largo como el que llevamos en la actualidad, el uso de los calcetines se hizo muy popular, y en el siglo XVI los hombres ya tenían unos semejantes a los actuales que cubrían el pie y el tobillo.
Dependiendo del largo de la calza había que emplear una prenda u otra para cubrir la parte de la pierna que la calza no tapaba y cuando eran largas los hombres usaban los calcetines, mientras que si eran más cortas usaban las medias que llegaban hasta los tobillos.
La lana era el material preferido, ya que era la que más calentaba y la que se podía obtener de una forma sencilla gracias a la amplia cabaña ganadera que había en todos los países.
William Lee revoluciona los calcetines en 1589
William Lee, un reverendo inglés, inventó el telar de punto en 1589 y comenzó a fabricar una especie de calcetines toscos, tanto que Isabel I se negó a concederle la patente y el inventor se tuvo que ir a Francia en donde Enrique IV fue más receptivo.
Es evidente que era solo cuestión de tiempo que el telar sustituyese a los artesanos, de manera que con la Revolución Industrial esta prenda se hizo muy barata de producir, lo que produjo que su uso se extendiese mucho.
De todas maneras, más o menos hasta 1800 convivieron los artesanos y las máquinas en la elaboración de estas prendas.
A partir del siglo XIX los cambios se centraron en los materiales
Una vez que los calcetines se comenzaron a fabricar en masa con la Revolución Industrial, a partir de ese momento los cambios se produjeron en los materiales.
Ya a finales del siglo XIX casi el 90 % se hacían de algodón, y alrededor de 1929 la materia primera preferida era el rayón, un tejido artificial como lo es el nailon que apareció en el mercado en 1940 y que desplazó por completo al rayón.
El empleo de los calcetines no es nuevo. Ya se conocían en el Antiguo Egipto y durante siglos fueron evolucionando hasta que llegó la Revolución Industrial, cuando se comenzaron a fabricar en masa y se desterró la lana.