Hoy es un es un día muy especial para el santoral católico, porque rememoramos la Anunciación a la Virgen, así como el dogma de la Encarnación del Señor, que son dos episodios de absoluta importancia en el calendario católico, porque son trascendentales para la vida de Jesús y de su madre, la Virgen María.
La Anunciación a la Virgen
Se trata de un episodio muy solemne, porque la Anunciación es fundamental para poder entender la presencia del hijo de Dios en la tierra, y hoy celebran su onomástico todas aquellas damas que han sido bautizadas con el nombre de Anunciata o de Encarnación. Se trata de un hecho fundamental que ha sido explicado en el Evangelio según San Lucas. En dicho Evangelio se cuenta que la Virgen María, prometida de José, con tan sólo 14 años, recibió la visita del Arcángel Gabriel, para informarla de que, entre todas las judías, ella había sido la elegida para encarnar al hijo del Señor con estas palabras: “Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo”. Ante este acontecimiento, María, según dice el Evangelio, contestó: “He aquí a la esclava del Señor; hágase en mí según su palabra”.
Ahora bien, con una relación con este evento que es muy estrecha, el día de hoy igualmente recordamos la Divina Encarnación de Jesús. Según se recoge en los escritos bíblicos, es el momento en que el Verbo de Dios se convierte en hombre, por obra y gracia del Espíritu Santo, en virtud del cual Dios abandona su dimensión divina, para adoptar la condición de un hombre, que vino al mundo con la finalidad de conceder a la humanidad la posibilidad de la salvación por todos los pecados, y cuya vida y obras constituyen el origen del cristianismo, la Iglesia Católica y el Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia.
Por otra parte, el día de hoy también celebramos a San Dimas, mejor conocido como ‘el buen ladrón’ quien fue un hombre conocido como un criminal, pero, al mismo tiempo, fue el único santo que llegó a ser canonizado en vida por el propio Jesús. De acuerdo con las Sagradas Escrituras, San Dimas es uno de los ladrones que fueron condenados a la crucifixión junto con Jesús. En el Evangelio según San Lucas, se dice que mientras uno de los ladrones hacía burlas de Jesús, preguntándole “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros”, el otro que estaba siendo crucificado, de nombre Dimas, lo reprendió, diciéndole que ellos sí habían llevado a cabo conductas criminales, mientras que Jesús no había hecho nada para recibir ese castigo y que se encontraba libre de remordimiento. Cuando Dimas profirió esas palabras, Jesús le dijo al llamado ‘buen ladrón’ “hoy estarás conmigo en el Paraíso”. De manera que por su piedad se ganó un puesto al lado del Señor.
No obstante, además de San Dimas y de los dogmas de la Anunciación y la Encarnación, el 25 de marzo también celebramos la vida de otros santos y beatos ejemplares, entre los cuales están San Dula, San Hermelando, Santa Lucía Filippini, Santa Margarita Clitherow, Santa Matrona de Tesalónica, San Mona, obispo, San Nicodemo de Mammola, San Procopio de Sázava, San Quirino de Roma, Beato Emiliano Kov, Beato Everado, Beato Hilario Januszewski, Beato Jacobo Bird, Beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska y Beato Tomás de Costacciaro.