A este santo le debemos la conversión de los pueblos suevos al cristianismo, e hizo el camino de la peregrinación hacia territorio palestino, sólo con la intención de poder besar y poder tocar la tierra en la que había vivido Jesús.
San Martín de Dumio
También es conocido con el nombre de San Martín Dumiense, que no debe ser confundido con San Martín de Tours, cuyo onomástico se celebra el 11 de noviembre, lo bueno es que los dos días de tan la posibilidad de poder felicitar a los amigos que se llamen Martín, ya que según los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística, son alrededor de 60.000 caballeros en España.
San Martín de Dumio, también es conocido con el nombre de Martín de Braga, que ha sido latinizado a Martinus Bracatensis, o como Martín de Panonia, porque este santo nació en la población de Panonia, en Hungría, y la razón por la que también se le asocia con Braga, es porque se trata de la población portuguesa en la que falleció.
Llegó al cargo de Obispo, pero fue escritor eclesiástico y teólogo, y fue tanta su importancia, que ha llegado a ser conocido como el Apóstol de los Suevos. Ingresó a la carrera eclesiástica siendo muy joven, y también a una edad muy temprana pudo trasladarse hasta Palestina, porque tenía muchos deseos de conocer, de pisar, de tocar y de besar la tierra en la que había vivido Cristo. No se conocen los motivos por los cuales se trasladó a lo que era conocido como la Gallaecia, con el propósito de hacer carrera como misionero, hacia el reino Suevo, a donde llegó alrededor de 550.
Logró instalarse en un lugar llamado Bracara Augusta, que hoy es conocido con el nombre de Braga, hacia el norte de Portugal, llegando a trabajar allí como monje y como presbítero. Tuvo la oportunidad de intervenir para lograr que el Rey Charrarico, también conocido como Carriarico, se convirtiera al cristianismo, ya que el hijo del rey, que se encontraba enfermo de lepra, logró curarse por causa de una petición que se hizo ante la tumba de San Martín de Tours, que en aquella época ya era muy conocida por los milagros que concedía.
Se trató la segunda vez que el Rey intentaba que su hijo se curase, consiguiéndolo finalmente ofrendando el equivalente al peso corporal de su hijo en plata y oro y comprometiéndose a convertirse al cristianismo si su hijo era curado de la lepra. Como su hijo se curó, el Rey se convirtió, y toda la población sueva dejaron el arrianismo, que era lo que profesaban.
A los alrededores de Bracara Augusta, hoy conocida como Braga, en Portugal, en lo que se conoce hoy como el distrito de Dume, San Martín logró fundar el Monasterio de Dumio, al lado de una iglesia que el propio Rey Charrarico mandó a construir, para homenajear a San Martín de Tours, quien obró el milagro de la curación de su hijo.
Pero no solo recordamos el 20 de marzo a San Martín de Dumio, sino que también celebramos la vida y las obras de otros santos y beatos que fueron un ejemplo para la cristiandad, entre los cuales se encuentran San Arquipo, San Cutberto, Santa María Josefa del Corazón de Jesús, Sancho de Guerra, San Nicetas de Apolonia, San Urbicio de Metz, San Vulframno, Beato Ambrosio Sansedonio, Beato Bautista Sapgnoli, Beato Francisco de Jesús, María y José Palau y Quer, Beato Hipólito Galantino, Beato José Bilczewski, Beata Juana Verón.