Y la razón de esta doble celebración es que hay dos localidades de ambos países que se atribuyen ser el lugar de su nacimiento, una de ellas es la localidad francesa de Saint Gaudens de Garona y la otra es la localidad española de Tarazona, en Aragón, aunque también se dice que pudo haber nacido en la ciudad condal. De acuerdo con las cifras que aporta el Instituto Nacional de Estadística, más de 6.000 hombres llevan en España el nombre de Raimundo, así que si conoces a alguno, no vayas a dejar de felicitarlo.
San Raimundo de Fitero
Se tiene muy poca información sobre él, apareciendo como primer dato que fue el canónigo de la Iglesia Mayor de Tarazón, la cual había sido recién recuperada de la posesión de los moros. Luego de ello, se sabe que pasó a formar parte de la orden de los monjes cistercienses de Nuestra Señora de Sacala Dei, en Gascuña, pero luego tuvo que asumir las funciones de Prior cuando la misma orden pudo expandirse hacia España, siendo el primer lugar de asentamiento de estos monjes el monte de Yerga.
La labor que realizaron fue muy reconocida y, por ello, el Rey Alfonzo VII les donó l Villa de Nienzabas, cuya superficie había sufrido los destrozos dejados por los moros. Allí fundaron un monasterio con el mismo nombre, en donde San Raimundo tuvo que convertirse en Abad, luego de que falleciera Durando. Con el título y el oficio de Abad, aparece San Raimundo en las escrituras del año 1146, cuando el Rey donó el monasterio a los dominios de Serna de Cervera y Baños, en Tudescón, que constituyen los actuales balnearios de Fitero, en Navarra.
Aparece registrado que dos años después, asistió al Capítulo General de la Orden del Císter, en su condición de Abad, Concilio al que también asistió el Papa Eugenio III, quien también era cisterciense. En el año 1148, ordenó que se trasladara el Monasterio al mejor lugar de Castejón, por haber recibido en donación del Rey el castillo de Tulungen, y en otras tierras que les fueron heredadas por Don Pedro Tizón y a su esposa Doña Toda, logró fundar en el año 1150 el Monasterio de Santa María de Fitero, del cual llegó a ser su primer Abad.
Ya en el año 1158, San Raimundo está en Toledo, trabando amistad con el monje Diego de Velásquez, quien había sido un antiguo soldado y un amigo del Rey Sancho. Diego le informa de los riesgos que está corriendo la plaza de Calatraba, que había sido confiada por el Rey Alfonzo VII a los caballeros templarios, por causa de la aproximación de los almohades. Ante esta situación, los dos monjes le solicitan al Rey que se defienda esa plaza, y con los monjes que se trasladaron desde Fitero, y el ejército que se había formado con artesanos y campesinos, logran defender el lugar y ahuyentar a los almohades, a partir de lo cual San Raimundo fundo la Orden ‘mitad monjes obedientes al toque de la campana, mitad obedientes al toque de la trompeta’ que fue aprobada con posterioridad por el papa Alejandro III, mediante una bula emitida en el mes de septiembre de 1164, pero lamentablemente, San Raimundo ya había fallecido un año antes, en la población de Ciruelos, lugar en el que fue enterrado. Luego, en el año 1471, su cuerpo fue trasladado al monasterio cisterciense de Monte León, en la ciudad de Toledo, y en el siglo XIX sus reliquias fueron trasladadas a la Catedral de Toledo en el siglo XIX.
Aunque hoy, 15 de marzo, es el onomástico de San Raimundo de Fitero, también es el día en el que celebramos a otros santos y beatos, entre los cuales se encuentran San Clemente María Hofbauer, Santa Leocricia, Santa Luisa de Marillac, San Menigno, San Sisebuto, Santa Vicenta de Coria, San Zacarías papa, Beato Adalberto Balicki, Beato Artémides Zatti y Beato Guillermo Hart.