Según la biografía que ha podido rescatarse de esta Santa, se dice que desciende del famoso guerrero Widukind, y que su padre fue el Duque de Westfalia, cuya educación desde muy niña fue encomendada a las madres del convento de Erfurt. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, en España hay más de 33.000 mujeres que han sido bautizadas con ese nombre, así que no debes olvidarte de felicitar a aquella que conozcas.
Santa Matilde
Ya durante su educación en el convento de Erfurt, demostró una gran inclinación por la piedad y por el ejercicio de la caridad como virtudes cristianas, llevándola a cabo entre los más necesitados. No obstante, llegó a tener una vida mundana, porque contrajo matrimonio con Enrique, en el año 909, pero Enrique ya se había casado con anterioridad y su matrimonio había sido anulado. Santa Matilde llegó a procrear cinco hijos, todos ellos con una vida muy destacada, ya que fueron Otto I, que llegó a ser emperador de Alemania, Enrique, duque de Bavaria, San Bruno, quien llegó a desempeñarse como Arzobispo de Colonia, Gergerba, que llegó a casare con Luis IV de Francia, y Hedwig, quien fue la madre de Hugo Capeto.
Tres años después de haber contraído matrimonio, su esposo Enrique tuvo que suceder a su padre en el ducado de Sajonia y en el año 918 fue electo para que fuera el sucesor del Rey Conrado de Alemania, de modo que Matilde llegó a convertirse en la reina consorte. De ella, lo que se recuerda es que fue una persona piadosa, muy humilde y generosa, siempre presta a auxiliar a los oprimidos y a los menos afortunados. Se dice que pudo ejercer una gran influencia sobre su esposo durante su reinado y cuando éste falleció, Matilde asumió la administración de los bienes de Enrique en las ciudades de Quedlinburg, Poehlden, Nordhausen, Grona y Duserstadt. Quería que su hijo Enrique lo sucediera en el trono, pero él no era el primogénito, por lo que quien ascendió al trono en el año 936 fue Otto.
Tres años después, Enrique inició una revuelta en contra de Otto, aunque no pudo acceder a la corona, pero llegó a una alianza con el rey, producto de la cual se unen para perseguir a Matilde, acusándola de haber empobrecido a la Corona por causa de su mala administración y para contentar a ambos, Matilde renuncia a todos los bienes, retirándose a vivir a una villa que poseía en Engern, Westfalia. Pero no pasó mucho tiempo para que la desgracia cayera sobre ambos hermanos y Matilde fue llamada de nuevo al palacio, en donde sus hijos le suplicaron su perdón.
Se dice que Santa Matilde fue la responsable de que se construyeran muchas iglesias, dando su apoyo a múltiples monasterios de aquellas zonas. Finalmente, falleció un 14 de marzo y por eso la recordamos tal día como hoy, en el Convento de San Servacio y San Dionisio, situado en Quedlinburg, que hoy se conoce como Sajonia-Anhalt, Alemania. Fue inhumada al lado de su esposo y se comenzó a venerar como Santa poco después de su fallecimiento.
Pero el 14 de marzo no sólo recordamos a Santa Matilde, sino que también celebramos el onomástico de otros santos y beatos que fueron ejemplo para los fieles, como San Alejandro de Pidna, San Lázaro de Milán, San Leobino de Chartres, Santa Paulina de Fulda, Beato Agno de Zaragoza, Beata Eva del Monte Cornelio, Beato Jacobo Cusmano y Beato Plácido Riccardi.
