Pistas para saber si la Covid-19 me ha dejado secuelas o es Covid persistente

La COVID persistente es una patología nueva que es importante distinguirla de las secuelas de COVID-19 que aparecen tras padecer la enfermedad de manera grave, generalmente con necesidad de ingreso en UCI, aunque algunos pacientes con secuelas también sufren esta patología persistente.

De acuerdo con la definición realizada por un grupo de expertos internacionales y publicada recientemente en la revista científica The Lancet Infectious Diseases, la Covid persistente se refiere a los síntomas que se producen en personas con antecedentes de infección probable o confirmada de COVID-19, generalmente tres meses después del inicio, que duran al menos dos meses, y que no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo.

Según explica el jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Luis Manuel Entrenas, este síndrome se caracteriza por la continuación de síntomas semanas o meses después de la infección inicial, o por la aparición de síntomas tras un tiempo sin ellos, entre 4 y 12 semanas. “En muchas circunstancias los síntomas se solapan con las secuelas, lo que incrementa la prevalencia”, precisa.

Ahora bien, este especialista advierte de que la aparición de Covid persistente no está relacionada con la gravedad de la infección inicial, por lo que puede afectar tanto a pacientes leves como a graves hospitalizados, y normalmente no tienen antecedentes de patologías previas.

En concreto, la Covid persistente puede afectar a cualquier persona sin importar la edad, sexo y condición, aunque el 50% de los pacientes se encuentran entre los 36 y los 50 años, siendo la mayoría de afectados mujeres. “Se están empezando a describir también casos en menores, pese a que entre este colectivo la gravedad suele ser menor”, agrega el doctor Entrenas.

SI ESTÁS VACUNADO HAY MENOS RIESGO

Destaca en esta línea que la Covid persistente puede afectar al 10% de los pacientes y al 15% de quienes lo sufrieron de forma grave: “La posibilidad de desarrollar esta patología, que se caracteriza por la aparición de síntomas a largo plazo que no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo, se reduce a la mitad en personas que han completado la pauta de vacunación”.

De ahí que el especialista de Quirónsalud Córdoba insista en la importancia de la vacunación, pues la posibilidad de desarrollar Covid persistente se reduce a la mitad en personas que han completado la pauta de vacunación.

POSIBLES CAUSAS

Ante este escenario, el doctor Entrenas afirma que las razones que pueden llevar al desarrollo de esta patología se centran en tres hipótesis: la persistencia viral, que provoca un estado inflamatorio crónico; la hipótesis inflamatoria o permanencia de restos virales que fomentan la inflamación; y la hipótesis del trastorno de la inmunidad, en el que el sistema inmune del paciente reacciona de manera exagerada, provocando un problema de autoinmunidad.

“Lo que ocurre posiblemente es una combinación en diferente proporción de estas tres hipótesis, provocando así la aparición de diferentes formas clínicas de intensidad y afectación muy variada. Los datos del Ministerio de Sanidad indican que aproximadamente 1 de cada 5 personas tiene algún síntoma tras 5 semanas de la infección y 1 de cada 10 personas tiene algún síntoma después de 12 semanas tras infectarse”, prosigue el neumólogo.

SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES EN LA COVID PERSISTENTE

En concreto este experto sostiene que se han descrito múltiples síntomas que pueden fluctuar o persistir en el tiempo, empeorar con el esfuerzo físico y mental, además de provocar limitación de la capacidad funcional. “Los más frecuentes son el cansancio, el malestar general, el dolor muscular y articular, los mareos, la fiebre y los trastornos del sueño”, detalla el jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba.

Entre los síntomas respiratorios apunta que los más comunes son tos y sensación de falta de aire, también pueden producirse síntomas digestivos como diarrea, pérdida de apetito y el dolor de estómago. Entre los dermatológicos, según prosigue, se encuentran las erupciones, la caída del pelo y la debilidad en las uñas; mientras que entre los neurológicos el dolor de cabeza, la dificultad para concentrarse, la pérdida de gusto y de olfato, las parestesias y las alteraciones del estado de ánimo. “También puede producirse dificultad para tragar, pitidos en los oídos, ojos secos y conjuntivitis, así como cardiovasculares como palpitaciones y cambios en la tensión arterial”, agrega el doctor Entrenas.

El problema de estos síntomas, según indica, es que muchos son poco medibles y pone de ejemplo que no hay un marcador en una analítica que haga fácilmente diagnosticable la Covid persistente con síntomas como sensación de falta de aire, dolor de cabeza o pitidos en los oídos. “Cuando se tienen cinco síntomas o más durante la primera semana de enfermedad por COVID-19 hay una mayor predisposición a tener Covid persistente, y en los mayores de 70 años la pérdida de olfato puede predecir su aparición”, avisa.

Además, y dado que no se dispone de un tratamiento específico para estos pacientes, el doctor Entrenas subraya que el tratamiento en general es sintomático, distinguiéndose medicamentos que se dirijan a combatir el trastorno inflamatorio, y combatiendo la principal acción del virus, la tormenta de citoquinas.

Asimismo, en los pacientes que han sufrido una infección de COVID-19 grave mantiene que hay que implementar medidas correctoras de los déficits nutricionales, de la reposición de masa muscular, así como añadir rehabilitación, e incluso tratar el daño psicológico. “La atención a estos pacientes debe ser multidisciplinar, incluyendo de manera muy importante a profesionales de Enfermería, que sepan valorar muy bien la atención domiciliaria, el apoyo a los familiares y cuidadores, así como detectar las necesidades de cuidados que puedan aparecer», sentencia el doctor Entrenas.

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