Resulta del conocimiento popular la frase “San Blas Bendito, que se nos ahoga este angelito” y es probable que haya sido acuñada hace mucho tiempo por algún parroquiano que se encontraba observando un trance de necesidad en el que tal situación estaba ocurriendo. Hoy es de uso común cuando cualquiera de las personas con las que estamos compartiendo, de manera imprevista comienza a ahogarse, atragantándose de manera momentánea, y acompañamos esa frase con el correspondiente palmazo en la espalda.
San Blas de Sebaste
Este dicho que constituye una herencia de la tradición católica, se presume que fue creado para rendir honor a San Blas, para recordar siempre un evento milagroso que fue protagonizado por este santo cuando había hecho una parada en su camino, durante su huida de los edictos del Emperador Dioclesiano.
Este santo también es conocido por el nombre de San Blas de Sebaste, y se dice que le salvó la vida a un niño, cuando pudo sacarle una espina que tenía atravesada en su garganta, de modo que con el correr de los años, San Blas se ha erigido para sus creyentes en el santo protector de los males que está relacionados con la garganta.
San Blas es un santo que se venera mucho en varias poblaciones de Extremadura. Si tomamos como ejemplo el municipio de Garbayuela, allí se realiza tradicionalmente una danza en su honor, que forma parte del acervo cultural de este municipio y que se trasmite oralmente de generación en generación. Tal danza consiste en una clase de juego en el que se emplean unos palos a modo de espadas, en el que se presentan dos grupos contrincantes que se dedican a entrechocar los paños rectos, que se elaboran de acebuche seco, que son adornados con cordones y madroños de colores.
Respecto a este Santo, no se conocen grandes detalles sobre lo que fue su vida, y de él no se escribió nada hasta pasados cuatro siglos de su fallecimiento. Probablemente nació en lo que actualmente es la ciudad de Sivas, en Turquía, que en la antigüedad era designada con el nombre de Sebaste y de ahí el nombre del santo y probablemente en la misma ciudad haya transcurrido toda su vida hasta su muerte.
Respecto a las actividades que realizaba San Blas, existen varias versiones, porque se cuenta que era médico, aunque también se dice que se destacó por realizar muchas obras para su comunidad, dando consuelo y apoyo a aquellos individuos que se sentían y estaban más perdidos. Debido a estas actividades, se le eligió como Obispo de Sebaste, pero este nombramiento representó un gran peligro para él, porque lo hizo destacar ante las autoridades romanas y ante el emperador, conduciéndolo finalmente a su muerte, al lado de otros santos mártires condenados junto con San Blas de Sebaste.
Pero no recordamos únicamente a San Blas en este 03 de febrero, sino que también se hace homenaje a San Óscar de Brema, San Adelino de Celle, San Celerino de Cartago, San Leonio de Poltiers, San Lupicino de Lyon, San Tigrido, Santa Berlinda de Meerbeke, Santa María de San Ignacio Thévenet, Santa Olivia mártir, Santa Wreburga de Chester, Santo Profeta Azarías, Beata María Ana Rivier, Beata María Elena Stollenwek, Beato Helinando de Froidemont y Beato Juan Nelson