Todos los suelos industriales sufren un trato muy duro en el que influye mucho el tránsito de maquinaria pesada como carretillas elevadoras, toros mecánicos, camiones que transportan decenas de miles de toneladas, etc.
Por eso, no es raro tener que reparar suelo de hormigón exterior, pues en estos casos a las máquinas hay que sumar las inclemencias del tiempo, algo que acelera el deterioro.
¿Por qué se estropea un suelo exterior de hormigón?
Si buscamos responsables el clima tiene buena parte de la culpa, sobre todo si el pavimento está situado en una zona con temperaturas extremas, algo que ocurre en el centro de nuestro país.
En ambas mesetas el invierno es muy duro, con heladas frecuentes y temperaturas que pueden superar los 40 grados a la sombra en verano, por lo que el hormigón sufre mucho y se termina estropeando.
Los primeros signos de fatiga se manifiestan con la aparición de grietas y de pequeños agujeros, que si no se arreglan enseguida dejan espacio para que se infiltre la humedad y el deterioro se acelera.
Con el fin de que esto no pase, lo mejor es llamar a una empresa especializada en los suelos de hormigón, para que arregle los desperfectos cuando se está a tiempo.
Tienen distintas técnicas y pueden sanear los clásicos parches que se ponen como solución temporal, las grietas y las fisuras que se ven sobre todo en los exteriores.
En los suelos interiores el problema son los baches
El hormigón no solo se agrieta, sino que también produce baches que casi siempre son culpa del agua, aunque pueden aparecen porque el suelo no se hizo bien desde un principio.
Se pueden ver tanto en suelos exteriores como en interiores, pero es en estos últimos en donde representan un mayor problema debido a que dificultan mucho el tránsito de las máquinas.
Una carretilla elevadora eléctrica, por el tipo de ruedas que tiene, es susceptible de quedarse atascada en el más mínimo bache, con la consiguiente pérdida de tiempo y el peligro que supone para el resto de los trabajadores.
Además, las cargas se llegan a caer por los golpes que estas máquinas sufren cuando circulan encima de un bache, de forma que se es posible provocar un accidente y también cuantiosas pérdidas económicas.
Se pueden arreglar por poco dinero
No hay razón para sufrir estos inconvenientes en ningún suelo, puesto que reparar baches hormigón es un proceso sencillo y muy rápido tanto en exteriores como en interiores.
Solo hace falta un suelo seco y compacto, para intervenir en el área que siempre es mayor que el bache, pues se necesita “sanear” los alrededores debido a que los daños pueden ser mucho más amplios que los que se ven a simple vista.
Un suelo de hormigón también sufre desperfectos, tanto en el interior como en el exterior. Pueden aparecer agujeros, grietas, fisuras, baches, etc., que conviene arreglar cuanto antes para que no entre el agua. Si se llama pronto a una empresa especializada el coste es muy bajo y la intervención se hace en muy poco tiempo.