Más País-Equo quiere forzar una votación en el Congreso para pedir una moratoria contra las macrogranjas industriales y para establecer un etiquetado que identifique la procedencia y el modelo de ganadería de todos los productos de origen animal.
Para ello, la formación que integran Íñigo Errejón e Inés Sabanés ha registrado una proposición no de ley, para su debate ante el Pleno del Congreso.
Concretamente, piden al Gobierno una moratoria contra nuevas macrogranjas industriales ni ampliaciones de las existentes «hasta que exista una normativa clara que evite los graves impactos ambientales y sociales de estas instalaciones».
EVALUACIÓN PARA DIFERENCIARA ENTRE EXTENSIVA E INDUSTRIAL
Asimismo, apuestan por realizar una evaluación estratégico del sector ganadero que tenga en cuenta el impacto social y medioambiental acumulado de los diferentes modelos, permita diferenciar a nivel normativo y comercial de la ganadería extensiva e industrial.
Respecto al etiquetado, piden un sistema «claro y homogéneo» que permita distinguir a los consumidores la procedencia y el modelo de ganadería de todos los productos de origen animal, igual que ya ocurre con los huevos.
Finalmente, plantean una Mesa sectorial con todos los ministerios implicados —Agricultura, Transición Ecológica, Sanidad y Consumo— para impulsar políticas que incentiven la dieta mediterránea y rebajar el consumo de carne en España a niveles recomendados.
SEÑALA A LAS MACROGRANJAS COMO PRINCIPAL PROBLEMA DE LA GANADERÍA
En la exposición de motivos de su iniciativa señalan que el principal problema de la ganadería radica en sus instalaciones industriales, más conocidas como macrogranjas, señalando que Cataluña, comunidad con más producciones de este tipo, cuenta con 7 de cada 10 acuíferos contaminados, llegando incluso a comprometerse el consumo de agua potable en los municipios afectados.
Según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, en España existen 3.200 grandes granjas de cerdos –con más de 2.000 cerdos de cebo o 750 cerdas reproductores– y unas 550 de aves –con más de 40.000 plazas para gallinas ponedoras–.
Más País cuestiona además el impacto de estas producciones para frenar la despoblación, al ofrecer peores condiciones laborales y requerir menos personal que los negocios familiares y asentados del territorio de la ganadería extensiva, y lamenta la falta de información al consumidor a la hora de elegir sus productos cárnicos, algo que consideran «esencial» para conocer el origen y elegir la opción más saludable.