Se trató de un santo de origen español, que llegó a convertirse en diácono de la ciudad de Zaragoza, pero este santo se celebra de manera muy especial en la Comunidad Valenciana, porque su capital tiene como Santo Patrón a San Vicente Mártir, a pesar de que su origen es oscense. Esto lo puedes comprobar si vas a Aragón y visitas una de sus máximas atracciones arquitectónicas y religiosas, que es la Basílica del Pilar, en donde podrás encontrar una imagen hecha en honor a San Vicente Mártir y que está colocada, nada más y nada menos, que en la fachada principal, al laso de los siete santos de mayor relevancia para esa comunidad, que son San José de Calasanz, San Vicente de Paúl, Santa Engracia, San Valero, San Braulio, Santa Isabel de Aragón y Santiago Apóstol.
San Vicente Mártir
En la archidiócesis de Valencia se trata de una fecha muy importante, en la que se lleva a cabo una misa solemne que es dirigida por el Arzobispo de Valencia en la Catedral de la ciudad, aprovechando ese santo momento para venerar el brazo izquierdo de San Vicente Mártir, que es la reliquia de este santo que se conserva en ese lugar, rindiéndole homenaje también con una capilla que ha sido bautizada en honor a San Vicente.
Otro nombre con el que fue conocido este santo fue Vicente de Huesca, en donde nació en el siglo III. A una edad muy temprana San Vicente Mártir quedó a cargo de San Valero, para aquel entonces Obispo de Zaragoza, quien se encargó de su educación. Con tan sólo 22 años de edad, San Vicente Mártir se convirtió en diácono de Zaragoza, en una época aparentemente tranquila para los cristianos dentro del Imperio Romano, aunque muy pronto los emperadores que siguieron a Constantino comenzaron a perseguir nuevamente a los cristianos, ordenando la tortura de los que declaraban su creencia por las enseñanzas de Cristo y San Vicente Mártir no escapó a la tortura, siendo obligado, junto con el Obispo de Zaragoza, a ir caminando hasta la ciudad de Valencia, cargados con cadenas pesadas, haciéndolos pasar toda clase de calamidades.
Antes de entrar en Valencia, los verdugos encargados de conducir a estos santos varones se detuvieron y ataron a San Vicente Mártir a la columna exterior de una posada, la que luego fue trasladada hasta la Parroquia de Santa Mónica, cuando la posada original, que se encontraba en la Calle Sagunto, Nº 13, fue derribada.
Al ser colocada esta columna en su nueva ubicación, se le agregó una inscripción que reza: “padrón de inmortal memoria será o pilar sagrado donde Vicente fue atado por dar a esta calle gloria. Tradición es bien notoria que en esta casa o mesón hizo una noche mansión de Daciano a la inclemencia viniendo preso a Valencia desde el Reino de Aragón”.
Al llegar a Valencia, San Vicente Mártir fue encerrado en una prisión, en la que continuó la tortura, empleando muchos técnicas, con el propósito de hacerle renunciar a su fe, y sin embargo, San Vicente Mártir logró resistir y se negó a abandonar sus creencias cristianas.
Encontrándose mal herido, el Prefecto de Roma mandó a que se le curase, para poder comenzar a torturarle nuevamente, pero San Vicente Mártir logró ascender a los cielos antes de que pudiera ser torturado de nuevo. Al fallecer, su cuerpo fe arrojado por los torturadores romanos al mar, desde un sitio cercano a donde se encuentra a día de hoy la Parroquia de San Vicente Mártir.
Pero hoy también celebramos a otros santos y beatos, entre los cuales están Beata Laura Vicuña, San Anastasio, monje y mártir, San Barnardo, San Gaudencio, San Mateo Alonso de Leciana, San valerio, obispo, San Vicente Pallotti, Santo Domingo, abad, Beata María Mancini, Beato Antonio della Chiesa, Beato Guillermo José Chaminade, Beato Guillermo Patenson, Beato José Nascimbene, Beato Ladislao Batthyány-Strattmann y San Francisco Gil de Frederic