Jaime Ostos siempre ha sido un hombre con carácter, con mucha fortaleza frente las cámaras, pero lo cierto es que estos últimos años hemos conocido el lado más amable del torero. De hecho, en las últimas declaraciones que tenemos de él de hace unos meses nos hablaba la muerte y el poco miedo que la tenía.
En dichas imágenes podemos ver cómo Jaime Ostos nos confesaba que no tenía miedo a la muerte y, a sus 90 años y siete meses, relataba las experiencias que ha tenido con ella: «En absoluto, he estado tres veces. La última vez ha sido ahora. Me paró llegué a la cola, me paró un señor vestido de blanco, con barba blanca y me preguntó quién era. ¿Y usted quién es? Le pregunté yo. Yo soy son San Pedro me dijo y le dije yo soy Jaime Ostos. Un momento que aquí hay Jaime Ostos, fue a por un libro y me dijo ¿usted tendrá el segundo apellido?, sí porque me parió mi madre. Que tengo apellido ¿cómo se llama? Carmona. Usted es Jaime Ostos Carmona. Bájese rápido que usted no me estropea el cielo. Gracias Pedro y aquí estoy».
El diestro aseguraba vivir hace unos meses una feliz etapa: «De modo que soy feliz y si es verdad que aquello existe a mí me tendrán que hacer un huequecito bueno». A pesar de que la vida le ha cambiado mucho en los últimos meses, pero gracias a un estilo de vida saludable a lo largo de los años ha conseguido reponerse y volver a caminar: «Los médicos dijeron que no podía andar más, que me comprara algún carrito. Cuando fui por primera vez a hacerme unos análisis me dijo el médico, mira Jaime, no creía en los milagros, pero desde hoy ya creo en los milagros. No he fumado en mi vida. No he vivido en mi vida y antes de coger esto andaba a diario y corría 7 u 8 kilómetros diarios y esto ya me paró. Como he hecho muy buena vida en todos los sentidos porque el triunfo mío no ha sido en el toro sino con la gente pobre».
En estas imágenes de hace unos meses, el torero pedía un deseo para su próximo cumpleaños: «Que sea la gente feliz. Que el odio no sirve para nada. Siempre hay que amanecer pensando en hacer algo para uno que te necesite y amanecer para hacérselo. Esa es la felicidad de un pueblo no ha robar dinero de los pobres como estos sinvergüenzas ladrones y este presidente canalla inmoral y asesino que me va a poner a mí un tío de la ETA que ha matado al lado. Es un canalla que lo deben tirar a un estercolero que se lo coman las ratas y se muera él y las ratas también».