El Sol envía constantemente radiación solar a nuestro planeta. Una parte de esta radiación se refleja en el espacio y otra es absorbida por la Tierra e irradiada en forma de calor. El dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, el vapor de agua y las nubes se encargan de formar una barrera que permite el paso de la radiación solar y retiene el calor irradiado. El nombre de este proceso es efecto invernadero.
Al permitir retener el calor, los gases proporcionan calefacción a la Tierra. Este hecho es extremadamente importante porque permite que las formas de vida actuales sobrevivan. Si no existiera esta barrera de gases, la Tierra tendría una temperatura muy baja, en torno a los -18°C, lo que seguramente llevaría a muchas especies a la extinción, por ello el G20 acuerda fijar un techo de 1,5 grados para el calentamiento global.
Su mecanismo
El efecto invernadero recibe su nombre porque su mecanismo es el mismo que el de un invernadero agrícola. Un invernadero de cristal permite la entrada de luz, pero impide el paso de las olas de calor. Esto lo mantiene caliente.
Otro ejemplo es un coche expuesto al sol. ¿Has notado alguna vez que la temperatura sube en el interior de un coche después de estar mucho tiempo al sol? Esto se debe a que las ventanillas del coche impiden el paso de las ondas de calor, calentándolo. Si te quedas en ese mismo coche con las ventanas cerradas, te sentirás muy mal debido a las altas temperaturas.
¿Por qué aumentan las emisiones de CO2?
Muchos investigadores creen que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, en las últimas décadas está aumentando el efecto invernadero. Esto significa que la actividad humana puede estar provocando un aumento de la temperatura del planeta. Este proceso se conoce como calentamiento global.
Es importante señalar que básicamente todas las actividades humanas generan un aumento de la producción de gases de efecto invernadero. Las industrias y la gran cantidad de coches que circulan por las calles provocan un rápido aumento de la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera. Las actividades ganaderas también son grandes gases, porque los rumiantes eliminan una gran cantidad de gas metano.
¿Cuáles son las consecuencias de un aumento de temperatura?
Cabe señalar que el aumento de la temperatura puede acarrear graves consecuencias, no sólo para el ser humano, sino para todos los seres vivos. Los investigadores creen que entre las principales consecuencias de este aumento de la temperatura están el deshielo de los glaciares, la subida del nivel del mar, el aumento de las tormentas y huracanes, la desertización y, en consecuencia, la extinción de varias especies de plantas y animales.
Aunque algunos científicos creen que el aumento de la temperatura es consecuencia de las actividades humanas, otros creen que se trata de un fenómeno natural del planeta.
¿Cuándo comenzó a estudiarse este efecto?
El efecto comenzó a estudiarse hace dos siglos. Al matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) se le suele atribuir el mérito de ser la primera persona en describir el término «efecto invernadero» basándose en un estudio de 1824 que describe el funcionamiento de la atmósfera terrestre como una «caja caliente», una caja de madera cuya tapa era de cristal transparente y que fue desarrollada por el físico suizo Horace Bénédict de Saussure (1740-1799, que impedía que el aire frío se mezclara con el caliente. Sin embargo, Fourier nunca utilizó la expresión «efecto invernadero», ni afirmó que los gases atmosféricos fueran los responsables de mantener el calor de la Tierra.
A su vez, el físico sueco Svante Arrhenius (1859-1927) obtuvo reconocimiento con la publicación, en 1896, del primer modelo climático plausible que explicaba cómo los gases de la atmósfera del planeta atrapan el calor. Al principio, Arrhenius se refirió al concepto como la «teoría de la casa caliente» de la atmósfera, que más tarde se conocería como efecto invernadero en la publicación de Worlds in the Making (1903).
En 1980, el astrónomo Carl Sagan, el mayor divulgador científico de los años ochenta y principios de los noventa, publicó el libro Cosmos. En el libro, Sagan hablaba de la importancia del efecto invernadero: «la temperatura global de la Tierra estaría por debajo del punto de congelación si no fuera por el efecto invernadero. Mantiene los océanos líquidos y la vida posible. Un pequeño invernadero es algo bueno».
Luego Sagan añade: «Quemamos madera y petróleo, carbón y gas natural, y en el proceso liberamos gases, principalmente CO2, al aire. En consecuencia, la reserva de dióxido de carbono en la atmósfera del planeta está aumentando de forma espectacular. La posibilidad de un efecto invernadero fuera de control sugiere que debemos tener cuidado: incluso un aumento de 1 a 2 grados en la temperatura global podría tener consecuencias catastróficas».
La base de los estudios fueron los datos de la era preindustrial
A partir de los datos del período preindustrial, se estima que las actividades humanas fueron responsables del aumento de la temperatura media mundial entre 0,8ºC y 1,2ºC, conclusión respaldada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). El IPCC es el organismo de las Naciones Unidas (ONU) que evalúa el «estado del arte» de la investigación científica sobre el cambio climático, sus implicaciones y posibles riesgos futuros, así como propone opciones de adaptación y mitigación.
Frenar el calentamiento global es el gran reto de nuestro tiempo. Tras la firma del Acuerdo de París en 2015, un tratado internacional de lucha contra el calentamiento global con la adhesión de 195 naciones, el objetivo es limitar el aumento de la temperatura media a 1,5ºC en 2100, en relación con la era preindustrial, y evitar a toda costa que supere los 2ºC. Este cálculo se basa en modelos climáticos que analizan cuáles serían los efectos del cambio climático en la Tierra si las emisiones de gases de efecto invernadero continuarán al mismo ritmo o se redujeron.
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