Se trata de un santo muy venerado, que se convirtió en el patrono de las facultades de Derecho de las Universidades, así como el patrono de los abogados, pero también es el Santo Patrón de la ciudad de Barcelona, de modo que, el onomástico de este santo se celebra por todo lo alto en España. Ciertamente, el martiriólogo de la Iglesia Católica reconoce a más de siete mil santos y beatos, así como santas y beatas, razón por la cual, cada día del año se celebra a más de uno, pero el caso de San Raimundo es especial, por su significación para una profesión tan extendida y para una ciudad tan reconocida.
San Raimundo de Peñafort
Cuenta la historia que San Raimundo de Peñafort contaba con veinte años de edad y ya era profesor de Filosofía, y cuando alcanzó los treinta logró doctorarse en Derecho. Pero no sólo es eso, sino que hay que darles felicitaciones por su onomástico a más de seis mil hombres, que han sido bautizados con este nombre, según el Instituto Nacional de Estadística español. San Raimundo de Peñafort logró convertirse en el tercer Maestro General de la Orden de los Predicadores, nacido en Peñafort (Barcelona), doctorado en Derecho y reconocido jurista, alrededor de los años 1175 y 1177, también llegó a ser el asesor y el confesor personal del Papa Gregorio IX, y tuvo una gran amistad con el rey Jaime I, conocido como el conquistador. San Raimundo nació en el seno de una casa feudal, demostrando desde temprano una inteligencia privilegiada, que lo llevó a convertirse en profesor de la cátedra de Filosofía contando sólo con veinte años de edad y luego asistió a la Universidad de Bolonia para adquirir el título de doctor en Derecho, siguiendo estudios de Derecho Canónico y de Derecho Civil.
Fue tan prominente, que el Ministerio de Justicia español concede anualmente una Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort a un magistrado destacado.
A la edad de 37 años, San Raimundo ingresó a la orden de los hermanos Dominicos, y en el año 1238 se convirtió en su Tercer Maestro General, aunque luego fue aquejado por una serie de dolencias y enfermedades, que lo obligaron a regresar a España, creando el instituto para la evangelización de mahometanos y judíos en la ciudad de Murcia, lo que luego lo llevó a fundar otro con las mismas características en Túnez. Falleció el día 6 de enero de 1275 y actualmente su cuerpo es venerado en la catedral de Barcelona, siendo el primer santo canonizado en lo que se conoce hoy como la Basílica vaticana por el Papa Clemente VIII, en el mes de abril del año 1601. Fue el 14 de julio de 1648 cuando Barcelona lo declaró su Santo Patrón, y en el año 1944 se creó la Orden de la Cruz que tiene su nombre, que es entregada como premio por méritos en la carrera judicial o por la realización de hechos o servicios muy distinguidos o relevantes que han contribuido al desarrollo del Derecho. Su onomástico se celebra un día después de la conmemoración de su fallecimiento, debido a que el 6 de enero la Iglesia Católica conmemora la Epifanía del Señor.
Pero no sólo se celebra a San Raimundo de Peñafort en este día, sino que también conmemoramos en el santoral católico a San Alderico, San Canuto Lavard, San Ciro, San Crispino obispo, San José Tuân, San Luciano mártir, San Polieuto, San Tilón, San Valentín obispo de Retia, San Valentiniano, Beato Ambrosio Fernández, Beata María Teresa Haze y Beato Mateo Guimerá